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Las redes de pesca que Giulio Bonazzi extiende sobre la inmensa mesa de su sala de conferencias están tan limpias que sería perfectamente creíble si nos dijese que son nuevas. «Limpiamos las redes en varios pasos y las juntamos con otros residuos de nylon en nuestra planta química, donde las descomponen en sus componentes», nos explica este fabricante italiano de filamentos. El resultado que se obtiene es el granulado de nylon puro de Aquafil, ECONYL®, que tiene exactamente la misma composición que el nylon «estándar» con base de petróleo. Y en cuanto los productos ECONYL® dejan de servir, se devuelven al círculo de reciclaje, se regeneran y se vuelven a procesar para crear nuevos productos ecológicos. «Puedes repetir el proceso tantas veces como quieras», afirma Bonazzi. «Es algo realmente sostenible».
Materiales sostenibles como base
BMW también utiliza los filamentos ECONYL®, por ejemplo para los tejidos con los que se fabrican el forro interior del techo o las alfombrillas del BMW i3, el BMW iX y otros modelos. Para Daniela Bohlinger, responsable de sostenibilidad en el diseño de BMW, esta es una consecuencia lógica del cambio en la concienciación acerca del impacto medioambiental, que abarca desde el reciclaje hasta otros procesos como la «renaturation», y que desempeña un papel cada vez más importante en la marca. «Para nosotros, era muy importante emplear un material reciclado como base de estos productos. El nylon ECONYL®, que se obtiene a partir de redes de pesca y otros residuos, tiene muy buenas propiedades para los fines que pretendemos darle, se presenta en una amplísima gama de colores y es perfecto para trabajar con él en labores de diseño. Porque huelga decir que un producto confeccionado con materiales reciclados ha de tener un aspecto impecable y propiedades excelentes».
Sin embargo, la propensión a utilizar materiales reciclados, especialmente entre las marcas de lujo, sigue siendo limitada, según Giulio Bonazzi, aunque esas limitaciones parecen estar disolviéndose paulatinamente. Además de BMW, por ejemplo, Prada y Gucci ya utilizan ECONYL® en sus colecciones. En comparación con su homólogo con base de petróleo, la producción de este material reciclado genera un 90 % menos de CO2.
De la red de pesca al filamento sostenible
Algunas de las redes de pesca desechadas son rescatadas del fondo del mar por equipos de submarinistas. «Ese es el lado emocional del proceso», nos cuenta Giulio Bonazzi. «Y es el objetivo principal de The Healthy Seas, una ONG fundada por Aquafil y otros dos socios en 2013 para concienciar al público de los problemas con las redes abandonadas en el mar». Sin embargo, la mayoría de las redes que recicla en Eslovenia Aquafil, que es la empresa de Bonazzi, proceden de piscifactorías de todo el mundo. Aquafil acumula esta materia prima en dos almacenes de 15 000 metros cuadrados en Liubliana, donde se limpia y se coloca en palés. Otros residuos de nylon, como moquetas viejas, trozos de tejido o piezas de plástico, también acaban en estos almacenes. Todo ello se regenera para crear el nuevo material ECONYL® en la planta química.
El proceso de reciclaje en la planta no es fácil de explicar a los legos en la materia, ya que la mayor parte de procesos de separación y combinación química se llevan a cabo de forma invisible en el interior de un complejo sistema de hervidores y tuberías que recorre las instalaciones. Al principio se puede ver cómo se tratan los residuos: las redes de pesca, por ejemplo, se trocean en pequeños pedazos y se transportan en una cinta hasta un gran hervidor. Ya en el siguiente paso, un piso más arriba, se puede ver parte del material al salir de uno de los tubos plateados, y ya tiene la forma de un plástico blanco níveo, en pequeñas pepitas. Al final, el material se envía a las llamadas «planchas de hilado», se hila en un filamento continuo y suave y se enrolla en bobinas de gran formato. En otra zona de la fábrica, se empaquetan grandes rollos de filamento blancos, negros, rojos y azules, y se colocan sobre grandes carros.
Como pionero de esta tecnología de reciclaje, Giulio Bonazzi dirige la única fábrica del mundo en la que se producen filamentos de nylon ECONYL® a partir de residuos. Su producto se puede reciclar tantas veces como se quiera sin perder calidad. Es un círculo cerrado. «En el sector del automóvil estamos avanzando en esta dirección», afirma Daniela Bohlinger. «Nos planteamos todo el ciclo del producto desde el principio, y cada vez empleamos más materiales reciclables al final de su vida útil o que se pueden utilizar para otros fines».
La inversión en motores que no emitan gases nocivos y el uso de materiales con sostenibilidad ambiental en los procesos económicos también contribuirán a conseguir los objetivos del Acuerdo del Clima de París. «Nuestro CEO, Oliver Zipse, se ha comprometido claramente con estos objetivos», subraya Daniela Bohlinger. «Nos estamos alineando de forma inequívoca para poder completar este proyecto tan exigente en 2030».
Giulio Bonazzi se hace una idea de todo lo que implica llevar a cabo estos cambios en el sector. «Si hubiese sabido con antelación lo difícil que sería todo esto, no lo habría hecho», afirma el emprendedor, que se describe como un «loco», pero no deja de reír. Durante la visita a la fábrica, muestra a Daniela Bohlinger un ejemplo del tipo de problemas que tiene que abordar: «Al reciclar redes de pesca, tenemos que quitarles el recubrimiento de óxido de cobre que se emplea para proteger estas redes de la proliferación de algas. El óxido de cobre no es nylon. Plantea muchos problemas en los procesos químicos. Desde hace unos años, podemos retirar este compuesto de las redes gracias a que hemos desarrollado procesos especiales a tal efecto. Otro de los desafíos relacionados con estas redes es el transporte: una vez que caducan, se consideran residuos peligrosos. Y el transporte de los residuos peligrosos suele ser problemático».
Desde la perspectiva de alguien que quiere contribuir activamente a retirar los residuos del mundo y a hacer que el futuro de la movilidad sea más limpio, cuesta comprender por qué los materiales residuales contaminados no se pueden importar a otro país para reciclarlos. Sin embargo, Giulio Bonazzi al final consiguió convencer a las autoridades, según nos confiesa. Y ahora, las redes con recubrimiento de cobre están aquí, en la fábrica, listas para darles una segunda vida. Quizás con forma de bañador en tonos turquesa, como una silla de diseño blanca o como una elegante alfombrilla negra en el suelo de un BMW.
Fotos: BMW, Yannick Wolff; Autor: Christiane Winter