¿A qué nos referimos cuando hablamos de arte? Una obra de arte suele entenderse como la disposición consciente de los contenidos con el fin de apelar a los sentidos o a las emociones. Algo similar es lo que sucede con el diseño característico de un automóvil. Aquí, el círculo se cierra con los BMW Art Cars; desde sus inicios en 1975, esta colección única y variada de casi 20 vehículos de exposición (➜ Leer más: Wild at Art: la historia de los BMW Art Cars) simboliza la legendaria simbiosis entre iconos automovilísticos y artistas mundialmente famosos.
Andy Warhol, Roy Lichtenstein, Jenny Holzer, Cao Fei y Jeff Koons: todos ellos diseñaron un coche de carreras BMW – y después también vehículos de producción en serie – usando distintas técnicas gráficas y artísticas y tomando como inspiración sus propias ideas.
Para el diseño del BMW Art Car número 20, Julie Mehretu se propuso crear un lugar de juego para la imaginación. Durante el proceso creativo transformó uno de sus icónicos motivos gráficos en una representación tridimensional sobre el prototipo del coche de carreras BMW M Hybrid V8 (➜ Leer más: Coches de carreras clásicos: leyendas de BMW).
Le descubrimos de manera exclusiva cómo Mehretu implementó técnicamente esta transformación y dónde se inspiró para diseñar la última obra de arte de esta aclamada colección en movimiento.
Las obras de la artista estadounidense tienen su propio idioma compuesto de fotografías alienadas combinadas con dibujos gestuales y pintura abstracta. Para Mehretu, su pasión creativa es también un privilegio: «Para mí, el arte siembre ha sido un lugar de bienestar. En él me he sentido libre y creativa, y esta sensación de vitalidad me ha proporcionado una increíble felicidad. Era un impulso pero también una promesa».
Sus obras, de formato grande y muy complejas, constan de múltiples capas de resina sintética y recuerdan a los planos arquitectónicos y urbanos que insinúan distintas formas de movimiento: rutas de vuelos, corrientes de viento y de agua, carreteras, vías de metro y redes de telefonía.
Cuando Mehretu comienza con una nueva pintura no sigue una línea recta. «Desconozco totalmente el rumbo que tomará la pintura cuando comienzo. Es un proceso en continuo desarrollo y la obra, de varias capas, emerge por sí misma». No se trata del inconsciente o del consciente, sino de seguir nuestra propia intuición.
También en la búsqueda de la inspiración y del hilo creador para el diseño del BMW Art Car número 20, Mehretu confió en su instinto y en el proceso del desarrollo. «Solo después de asistir el año pasado a las 24 Horas de Daytona supe cómo afrontar mi interpretación del BMW Art Car. Vi la carrera, a los pilotos y al equipo de boxes, y entonces me di cuenta de que aquí lo que importa es la innovación, la imaginación y la superación de los límites de lo posible».
Para Mehretu, esta competición fue una experiencia en tiempo real que la marcó. Pensó en la cuadrícula de Frank Stella y en cómo también podría ser un homenaje a los anteriores artistas de la colección BMW Art Car. «En mi estudio seguía pensando en ese cuadro que acabada de pintar. A su lado había un modelo en miniatura del nuevo BMW Art Car y pensé: ¿qué pasaría si movemos el coche por el cuadro? ¿Qué aspecto tendría si lo recorriésemos con el coche y dejásemos que influyera sobre él, como a través de una especie de portal de arte?».
Mehretu compara el proceso con la reinterpretación de una pieza musical. La interacción entre las superficies y la geometría del diseño del vehículo crea una mezcla de elementos de su pintura y abre nuevas perspectivas: «Las posibilidades creativas que emergen en este nuevo espacio tridimensional y el gran número de ideas y de innovaciones que encuentran su expresión son muy reveladoras».
Me fascina el increíble volumen de datos, de cálculos y de conocimientos que se han utilizado para hacer este objeto.
Artista
De acuerdo con las regulaciones de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), la versión 3D de la obra de arte solo puede aplicarse sobre el BMW M Hybrid V8 mediante un vinilado. Por ello, para el diseño del BMW Art Car número 20, Julie Mehretu se basó en el color y la forma de su pintura «Everywhen»: fotografías alienadas, cuadrículas punteadas, pintura con esprays de colores neón y sus icónicas marcas gestuales. De esta manera, la artista transfiere el motivo de la imagen resultante como una imagen de alta resolución a los contornos del vehículo registrados con un escáner 3D. Así fue como se creó el exclusivo vinilado artístico del BMW M Hybrid V8.
Para el diseño del BMW Art Car número 20, Julie Mehretu colaboró estrechamente con el equipo alemán Race Spirit. Race Spirit había participado ya en la realización del diseño de Jeff Koons (➜ Leer más: Jeff Koons y el arte del liderazgo) para el BMW Art Car número 17.
Para Gertraud Brenninger, de Race Spirit, la aventura del BMW Art Car número 20 comenzó con un puzzle digital. Para transferir la obra 2D al vehículo, la superficie del BMW M Hybrid V8 se dividió en pequeñas secciones individuales, que después se utilizaron como plantillas para las correspondientes secciones de la pintura. Por motivos aerodinámicos existían especificaciones estrictas sobre los lugares en los que era posible el vinilado, en ocasiones con una precisión milimétrica.
«Julie Mehretu, yo y todo el equipo disfrutamos con la tecnología y la precisión (➜ Leer más: El placer de conducir: la historia del eslogan de BMW). Para la visualización 3D y el renderizado de las plantillas se necesitó un volumen de datos y una potencia de cálculo inmensos. Probamos distintos perfiles de dibujo y de color sobre un modelo a escala 1:5, y fuimos avanzando poco a poco.» Fue un proceso creativo en el que todos aprendieron algo. Por ejemplo, al principio el plan de Julie era utilizar un vinilado mate. Pero según avanzaba la obra decidió que la versión brillante podía realzar mejor su idea gráfica en el lienzo tridimensional.
Para el vinilado fueron necesarios varios meses de trabajo. Brenninger estaba impresionada por la meticulosa preparación de Mehretu. «A Julie le preocupaba lo que se percibía del vehículo cuando se conducía rápido: las líneas. Por eso añadió más líneas horizontales individuales que se incorporaron con posterioridad».
Mehretu también juega de manera deliberada con inconsistencias intencionadas en las uniones. Algunas de las piezas del puzzle están desplazadas. La transición del color es correcta, pero los dibujos con las marcas concretas no fluyen. «Quería que el vehículo tuviera algo que se percibiera como un defecto, para que cuando estuviera en movimiento, transmitiera una sensación de desenfocado», explica Mehretu. «El Art Car no parece el soporte de una obra de arte, sino que, más bien, parece haberla aspirado literalmente por sus riñones (➜ Leer más: Los riñones de BMW: la evolución de un símbolo en el tiempo)».
Obra de arte digital
Una parte integral de la historia de la BMW Art Collection es la estrecha relación entre el arte y el deporte del motor. El primer BMW Art Car, diseñado por Alexander Calder en 1975, tuvo su debut dinámico en el Circuit de la Sarthe en Le Mans. El BMW Art Car de Julie Mehretus hará su aparición en Le Mans poco después de su presentación, y llevará también su número, el 20. De esta forma, se convertirá en una obra de la que no solo se hablará, sino que también se verá, escuchará y sentirá.
Autor: Markus Löblein; Art: Ena Aichinger, Lucas Lemuth; Fotos: BMW; Vídeo: BMW