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Chapoteos, golpeteos, chirridos, chillidos, gruñidos... Todo esto, que podría pertenecer al ámbito de las onomatopeyas de cómic, describe los sonidos que hacen los motores de los deportivos históricos de BMW en las pistas de carreras. Para los fans del motor, es pura música, aunque surja de tubos de escape. Sin embargo, para el último de los modelos de nuestra lista de los mejores coches de carreras de la emblemática marca de la parrilla (➜ Leer más: Un emblema cambiante: 13 diseños de la parrilla BMW), esta música es excepcional: se oyen más bien susurros, roces, silbidos... Electricidad, al fin y al cabo.
Si hay algo que suscitan estos atletas de la técnica son emociones, tanto los coches de carreras antiguos como las maravillas de la época del turbo en la Fórmula 1. Acompáñanos en un viaje por la historia de BMW Motorsport, desde los eléctricos de alto rendimiento de la Fórmula E hasta el turismo de más éxito de todos los tiempos, hasta remontarnos a los orígenes de la marca en los años 30 del siglo pasado.
Accede con solo un clic a tus favoritos en la historia de los modelos de carreras de BMW
Uno de los modelos más estrechamente unidos a la tradición del deporte del motor en BMW es el BMW 328. Este modelo de carreras triunfó en la legendaria Mille Miglia (➜ Leer más: Bucketlist definitiva para los amantes del motor) en 1940: victoria en la general, victoria por equipos y puestos tercero, quinto y sexto. Pero el BMW 328 ya venía cosechando éxitos desde antes, como las victorias en la «Alpenfahrt» de 1929 y la «Eifelrennen» de 1936. Además, en la edición de la Mille Miglia seis años después, el BMW 328 consolidó su reputación como el coche deportivo de mayor éxito de Europa. Los pilotos Fritz von Hanstein y Walter Bäumer (ambos alemanes) ganaron aquella edición con un amplio margen, tras 8 horas y 55 minutos, con una velocidad media de unos 168 kilómetros por hora.
Los deportes de carreras también se pueden disfrutar con poca potencia, siempre que el conjunto funcione bien. El mejor ejemplo es el BMW 700 RS. Con sus 70 CV y un peso reducido de solo 630 kilogramos, la mezcla era explosiva, ya que podía alcanzar hasta 160 km/h. Gracias a este concepto, el modelo ganó el campeonato alemán de montaña en 1960. Al volante (➜ Leer más: Charlie Martin: diversidad en el mundo del motor) se encontraba el piloto alemán Hans Stuck, que volvería a destacar en el futuro. El vehículo también logró muchas más victorias hasta 1964.
Las 24 horas de Nürburgring (Alemania) son hoy toda una leyenda. Pero en 1970 fue la primera edición, y en la parrilla de salida había ya coches de carreras BMW. Al volante se encontraban semiprofesionales y amateurs como los alemanes Hans-Joachim Stuck (hijo del experto en la montaña Hans Stuck, véase el modelo anterior) o Clemens Schickentanz. Su lugar de trabajo, el BMW 2002 TI: 180 CV y una velocidad pico de unos 220 km/h, suficientes para lograr una victoria incontestable en la general. Por cierto, los BMW Serie 02 se consideran ahora precursores de los sedán compactos deportivos.
Este modelo no debería faltar en ninguna lista de los mejores coches de carreras históricos de BMW: el BMW 3.0 CSL (CSL significa Coupé Sport Leichtbau, o coupé deportivo ligero). Sería más rápido hacer una lista de las competiciones en las que no obtuvo ningún éxito este turismo. Además de seis victorias en el Campeonato Europeo de Turismos, también se hizo con la victoria en su clase en Le Mans (Francia) o con la victoria en la general de las 24 horas de Daytona (EE. UU.). Existieron versiones de carreras que recorrieron la pista con hasta 800 CV (➜ Leer más: Doce avances técnicos extraordinarios del motor de BMW). Además, los colores de BMW M pudieron verse por primera vez en el exterior de este modelo en 1973 (➜ Leer más: Historia del logo de BMW M), por lo que acabó recibiendo el mote de «coche patrulla». También fue el primer modelo en convertirse en un BMW Art Car (➜ Leer más: Wild at Art: historia de BMW Art Cars). Sin duda, el BMW 3.0 CSL es un hito especial en la historia deportiva de BMW.
Y aquí llega el siguiente modelo de ensueño: el BMW M1. Su diseño era radicalmente diferente del BMW 3.0 CSL. Ambos tenían en común su impresionante silueta sobre las pistas de carreras (➜ Leer más: Los circuitos urbanos más espectaculares). El BMW M1 tuvo incluso su propia serie de carreras, la BMW Procar. Como parte del programa marco para la Fórmula 1, los mejores pilotos del mundo condujeron este modelo y se enfrentaron por alcanzar los mejores puestos y el mayor prestigio con un equipamiento idéntico.
Hablando de Fórmula 1, prestigo y los años 80: en 1983, el brasileño Nelson Piquet compitió por el mundial de pilotos en la clase reina con un BMW Brabham BT52. Lo especial del modelo era el motor: por primera vez en la historia de la Fórmula 1, un piloto ganaba en un coche con motor turbo. Las estadísticas técnicas eran (y siguen siendo, 40 años después) impresionantes. Con una cilindrada de solo 1.500 cc y cuatro cilindros, los ingenieros, gracias al turbocompresor, consiguieron crear versiones de hasta 1.400 CV para las clasificaciones de la carrera.
El turismo BMW M3 (E30) también guarda un motor de cuatro cilindros bajo el capó. No dejó de cosechar victorias en todos los circuitos (➜ Leer también: La mujer con la fórmula de los circuitos de carreras) y cautivó a miles de aficionados. El BMW M3 se considera aún el turismo de carreras de mayor éxito de la historia, configurado según las regulaciones del Grupo A y el Deutsche Tourenwagen Meisterschaft (DTM). En 1987, el italiano Roberto Davaglia se hizo con el título de campeón mundial en este BMW. Además, el modelo cosechó incontables victorias en las 24 horas de Nürburgring, en las 24 horas de Spa (Bélgica), en el DTM, en competiciones de rally y mucho más...
Este BMW de la Serie 2 también es uno de los modelos más destacados de la historia de BMW Motosport. El motivo es este: por primera vez, un vehículo con motor diésel se hizo con la victoria de la carrera de larga distancia más dura del mundo, en el «infierno verde» de Nürburgring. Hans-Joachim «Striezel» Stuck (véanse secciones anteriores), Christian Menzel, Andreas Bovensiepen (todos ellos alemanes) y Marc Duez (de Bélgica) condujeron el vehículo de forma continuada y con muy pocas paradas para repostar hasta hacerse con la victoria en las 24 horas de Nürburgring.
No cabe duda de que las 24 horas de Le Mans está entre las carreras más prestigiosas del mundo (➜ Leer más: 24 horas con la piel de gallina). En este circuito de alta velocidad del departamento del Sarthe, BMW presentó en 1999 un prototipo de coche deportivo, el BMW V12 LMR. Durante un día entero, Joachim Winkelhock (Alemania), Pierluigi Martini (Italia) y Yannick Dalmas (Francia) recorrieron el circuito, vuelta tras vuelta (➜ Leer más: La trayectoria ideal), ante la atenta mirada de cientos de espectadores. Los pilotos completaron 366 vueltas en su BMW de carreras con motor V12, recorriendo un total de 4.983 km. Su velocidad media fue de 207 km/h, lo que les permitió alcanzar la victoria en la valoración general.
El BMW M3 de 2012 es otro coche ganador. En el año del regreso de BMW al DTM, este deportivo se hizo directamente con el triunfo en las categorías de pilotos, equipos y fabricantes del campeonato Deutschen Tourenwagen Masters: el no va más. El protagonismo especial lo tuvo el canadiense Bruno Spengler, que consiguió alcanzar la primera posición en la clasificación general gracias a su exhibición en el BMW M3 de 480 CV durante la última carrera.
¿Cuál es la mejor manera de celebrar una retirada? ¡Pues con una victoria! El BMW Z4 GT3 se hizo con el primer puesto en 2015 en Spa-Franchorchamps (Bélgica). Once BMW Z4 ocupaban la parrilla de salida y el primero en cruzar la línea de meta fue el BMW con el número 46. El BMW Z4 fue escalando posiciones, desde el puesto 30 hasta el 1. El podio lo ocuparon Lucas Luhr (Alemania), Nick Catsburg (Países Bajos) y Markus Palttala (Finlandia), tras 24 horas compitiendo. Alex Zanardi (Italia), Bruno Spengler (Canadá) y Timo Glock (Alemania) se retiraron poco antes del final de la carrera. Sin embargo, lo más importante es que BMW pudo demostrar que incluso un vehículo diseñado para un piloto con discapacidad física puede recorrer la pista a toda velocidad.
Después de once históricos modelos BMW de carreras con motores de combustión que se hicieron con una victoria tras otra, llega el turno a un vehículo de carreras con motor eléctirco (➜ Leer más: Comparativa de eléctricos), que de momento cierra la lista de hitos históricos de BMW Motorsport. El BMW iFE.18 supone también un cambio en la ingeniería automovilística: con él, BMW ha demostrado que los coches eléctricos también pueden ser rápidos sobre el circuito.
Fotos: BMW/BMW Group Archiv; Autor: Nils Arnold; Ilustraciónes: Carolin Wabra