Los circuitos urbanos más espectaculares del mundo del automovilismo

Lo que desde el aire parece una serpiente de luz es el Marina Bay Street Circuit, iluminado por 1.700 focos durante una carrera nocturna de Fórmula 1 en Singapur. Está considerado internacionalmente como el circuito urbano más rápido y complicado. Ningún otro circuito ofrece tantas curvas, ondulaciones del terreno tan altas y temperaturas que inciten tanto a sudar. Los pilotos alcanzan una velocidad máxima de hasta 300 km/h en las rectas cortas del circuito. Además, las numerosas curvas de 90 grados exigen la máxima concentración y pericia al volante. La curva más emocionante hasta 2013 era la Singapore Sling, que lleva el nombre de un famoso cóctel. Y con razón: la triple curva ponía a los pilotos en verdaderos apuros. Desde entonces, la Singapore Sling se ha reemplazado por una curva sencilla a la izquierda.

Mónaco es sinónimo de glamour, dinero y super yates. Y, por supuesto, el Gran Premio de Mónaco, cargado de adrenalina y que hasta hoy caracteriza la historia del automovilismo. El Circuit de Monaco, inaugurado en 1929, es uno de los circuitos más famosos del mundo. El antiguo Campeón del Mundo de Fórmula 1 Nelson Piquet lo describió como «pilotar un helicóptero en el salón». Aquí solo reina una cosa: la falta de espacio. Las estrechas calles obligan al piloto a pegarse a los quitamiedos en las curvas y convierten las maniobras de adelantamiento en algo casi imposible. La discreta velocidad media del circuito de 150 km/h lo demuestra: aquí no cuenta la velocidad, sino la cabeza. Así lo demostró Juan Pablo Montoya en 2003, que alcanzó la victoria saliendo desde la posición tres.

Macao, 50 kilómetros al oeste de Hong Kong: aquí fluye más dinero por las máquinas tragaperras que en Las Vegas. Pero en Macao no solo se reúnen jugadores, sino también entusiastas del automovilismo de todo el mundo – para el Gran premio de Macao en el Guia Circuit. Aquí, los coches de Fórmula 3, los turismos y las motocicletas conducen a toda velocidad por las estrechas calles de la ciudad, tomando curvas increíblemente cerradas que le dan al circuito su dosis de emoción. La horquilla Melco es especialmente célebre, con un ancho de pista de tan solo 7 metros. Sin embargo, los coches aceleran en las rectas entre las curvas a velocidades punta de hasta 260 km/h.

El paisaje urbano de Nueva York enfrente y la Staten Island en el retrovisor: así se sienten los pilotos de carreras en Nueva York. Desde 2017, la Fórmula E arranca en el distrito de Brooklyn. La Estatua de la Libertad sobresale del mar a tan solo tres kilómetros del circuito. El recorrido mismo pasa a través de una zona portuaria por delante de enormes buques cargueros, con el resplandor del horizonte de Manhattan de fondo. Según el alcalde Bill de Blasio, Nueva York representa el enclave ideal para la Fórmula E. A partir de la temporada 2018/2019, también los pilotos del equipo BMW debutante de Fórmula E podrán convencerse de ello.