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En sus 50 años de existencia, BMW M ha puesto sobre el asfalto numerosos modelos que se han convertido en clásicos, leyendas o incluso iconos. Y eso sin olvidar los grandes éxitos de ventas que los modelos BMW M han celebrado y celebran. Elegir solo siete de ellos para conmemorar este importante aniversario parece casi imposible porque, en realidad, en la lista deberían aparecer modelos tan emblemáticos como el BMW M3 CSL, el BMW M Roadster y muchos otros. Pero volvamos a los siete elegidos: en la lista de deseos definitiva para los amantes de BMW M están los modelos que se adelantaron a su tiempo o que siguen siendo pioneros todavía hoy. Por ello, los seguidores de BMW M no son los únicos a quienes les resultará interesante esta retrospectiva sobre la gran transformación vivida por el sector automovilístico. Prueba de ello es el BMW Concept XM. Y ahora, sin más dilación, presentamos las siete maravillas del medio siglo de historia de BMW M.
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¿Cuál es la forma más lógica de empezar un listado histórico? Por el principio, naturalmente. Y el primer modelo de BMW M llevaba por nombre 3.0 CSL. Según su ficha técnica, el primer vehículo de BMW M en la que fue su última etapa de desarrollo, la de 1973, que contó con la colaboración de Alpina, cuenta con 3,2 l de cilindrada (naturalmente, distribuidos entre seis cilindros en línea) y 206 CV. Con un peso en vacío de 1.270 kg, este vehículo hace honor a su nombre – «CSL» son las siglas de «Coupé Sport Leichtbau» (coupé deportivo ligero). La versión de competición (➜ Leer más: Coches clásicos de carreras de BMW) del CSL llega a desarrollar hasta 750 CV. El diseño es tan espectacular como los datos de potencia. Si hay una versión especialmente grabada a fuego en las memorias es la de 1973: los grandes alerones y spoilers que formaban parte del paquete aerodinámico le valieron pronto el apodo de «batmóvil». BMW M vendió 167 unidades contadas, lo que nos lleva de nuevo al principio: las cosas grandes empiezan siendo pequeñas.
En el contexto de los automóviles clásicos raros se utilizan con frecuencia los términos «icono» y «leyenda», y no siempre de forma justificada, aunque no cabe duda de que estos superlativos sí son pertinentes en el caso del BMW M1. El lenguaje de diseño de Giorgio Giugiaro estaba muy adelantado a su tiempo, el motor presentaba una configuración ultramoderna de cuatro válvulas con 3,5 l de cilindrada, y el comportamiento de conducción era el que cabía esperar de un vehículo concebido originalmente para el circuito: deportivo hasta la médula. El BMW M1, de apenas 1,14 m de altura, también ganó popularidad por ser el vehículo de competición utilizado en la serie Procar en el programa marco de la Fórmula 1. O porque el mundialmente famoso artista Andy Warhol convirtió el suyo en una obra de arte sobre ruedas (➜ Leer más: Historia de los BMW Art Cars). Sin embargo, como suele pasar, los buenos se van demasiado pronto. Tras unos tres años de producción, de 1978 a 1981, y unas 450 unidades, llegó el fin. Pero eso solo sirvió para acrecentar su condición de icono.
A propósito de iconos: si preguntamos hoy a los entusiastas de BMW por su favorito de la Bayerische Motoren Werke, en no pocas ocasiones la respuesta será: «el E30». Y, si queremos saber la versión, añadirán rápidamente: «la M3». Ningún automóvil de aquella época encarna mejor el eslogan «El placer de conducir» (➜ Leer más: Historia del eslogan de BMW). En 1986, 195 CV en un vehículo de categoría media eran toda una declaración de intenciones. La carrocería ensanchada y de diseño deportivo del primer M3 se distingue claramente de sus hermanos más moderados de la serie de modelos. Para poder utilizar el BMW M3 como coche de carreras – la finalidad para la que fue concebido originalmente – era imprescindible que BMW M vendiese antes 5.000 ejemplares. Algo que, para sorpresa de BMW M, ocurrió muy rápido. El éxito entre los clientes fue una cara de la moneda; la otra, el éxito en los circuitos de todo el mundo. En pocos años, el más deportivo de los BMW Serie 3 se había hecho con casi todos los títulos del ámbito de la competición de turismos. Y, de este modo, también alcanzó el estatus de leyenda en la pista de carreras.
Diez cilindros en un BMW Touring: esta característica única bien merece ser celebrada. Quien buscase un motor así (➜ Leer más: Avances extraordinarios del motor de BMW) en un familiar de gama alta por aquel entonces (hablamos del año 2007) solo podía encontrarlo en un modelo de BMW M, concretamente, el BMW M5 Touring. El motor con forma de V trabaja en los rangos de revoluciones de un motor de carreras y entrega 507 CV a las ruedas traseras. Es el único motor de producción en serie de diez cilindros fabricado por BMW y, al mismo tiempo, fue el punto culminante de la era de los motores atmosféricos en BMW M, ya que todas las generaciones posteriores del BMW M5 – aunque ya no disponibles en la versión Touring – han llevado y llevan motores turboalimentados. Se fabricaron unas 1.000 unidades del BMW M5 Touring. Eso lo convierte en una pieza de coleccionista. No solo para los entusiastas de los vehículos familiares.
El cruce entre un SUV y un deportivo no puede funcionar. Al menos eso es lo que pensaba el mundo del automóvil antes de que BMW M presentara el X6 M. Pero en 2009, los ingenieros del departamento deportivo de BMW combinaron con tanto acierto los componentes de alta tecnología del flamante biturbo con los genes del BMW X6 que surgió una línea de vehículos realmente impresionante. Motor de ocho cilindros, caja de cambios automática deportiva de seis velocidades, una increíble potencia de 555 CV y tracción a las cuatro ruedas: BMW M aloja toda esta tecnología bajo la carrocería del BMW X6. Así pues, el potente SAC está más que a la altura del sello tricolor de BMW M (➜ Leer más: Historia del logo de BMW M) y tiende un puente al siguiente modelo M de la lista de maravillas.
Quien esté buscando la quintaesencia de la expresión «El placer de conducir», no puede pasar por alto el BMW M2 CS del año 2019. Las siglas CS («Competition Sport») indican claramente hacia dónde lleva el viaje en el más deportivo de los Serie 2 de BMW: hacia el reino del placer de conducir. Y a veces incluso a través de un circuito cerrado al tráfico. Porque ahí es donde este deportivo compacto se siente como en casa: mucha potencia bajo el capó (el motor de seis cilindros en línea biturbo genera 450 CV), un chasis afinado para apurar las curvas y el reducido peso en vacío gracias al uso de numerosos componentes de carbono (➜ Leer más: Fibra de carbono en el coche) crean un cóctel que hace que la mayor dificultad para el conductor del BMW M2 CS sea salir del vehículo. Y es que ningún amante de la automoción querría bajarse de esta maravilla por voluntad propia.
¿Solo ha pasado un año desde su lanzamiento y ya está incluido en la lista de maravillas de BMW M? ¿Cómo es posible? Muy sencillo: porque se trata del primer vehículo de BMW con distintivo M Performance propulsado por un motor eléctrico (➜ Leer más: Comparativa de eléctricos). A más tardar, los incondicionales de los motores de combustión dejarán de preguntarse si el BMW i4 M50 merece llevar el distintivo M cuando, al acelerar, la asombrosa fuerza de los 795 Nm de par y los 400 kW (544 CV) les empujen contra el asiento y les dejen sin aliento. No cabe duda de que el chasis M, la dirección deportiva y los frenos deportivos tienen su razón de ser. Así pues, y en definitiva, los atributos del BMW i4 M50 lo convierten en un miembro de pleno derecho de la familia de maravillas de BMW M a la que está dedicada este artículo. Y, además, este vehículo genera expectación entre los amantes de la automoción para ver qué otros modelos deportivos eléctricos pondrá en circulación BMW en el futuro.
¿Qué es BMW M?
BMW M GmbH se fundó en 1972 bajo el nombre BMW Motorsport GmbH. Es una filial de BMW AG. BMW M fabrica modelos BMW potentes y especialmente deportivos. Muchos son legendarios y se han convertido en clásicos. Por ejemplo, el superdeportivo BMW M1 o el BMW M3, el vehículo que ha servido de base para uno de los turismos de mayor éxito de la historia.
Autor: Nils Arnold; Art Direction: Lucas Lemuth, Verena Aichinger, Madita O'Sullivan; Fotos: BMW
