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Hablar con Ruba Abu-Nimah es asistir a una clase magistral de expresividad. Cuando nos recibe en su estudio de Nueva York, esta suiza nacida en Oriente Medio nos habla con una gran determinación, utilizando frases meditadas y contundentes, como quien anota sus mejores frases o pensamientos en un cuaderno para encontrarlos fácilmente después.
«Siempre he querido ser diseñadora», afirma cuando le preguntamos sobre su formación y su carrera. «Creo que quería ser diseñadora antes de entender lo que era el diseño ni lo que significaba».
Hay un fuerte acento británico en su voz cuando nos describe los primeros diseños en los que se inspiró: las portadas de los discos de vinilo de su padre y el juego entre el mensaje y el medio, algo por lo que se sintió atraída «desde muy pequeña»; no sabe qué era exactamente lo que le atraía, pero ahí había algo.
Su acento es un guiño transatlántico a otra parte de su historia – esencial, como enseguida sabremos – que ayuda a entender quién es Ruba realmente. Nacida en Palestina pero criada internacionalmente con una larga estancia en Londres (➜ Leer más: BMW Nightride por Londres), ahora Nueva York es su hogar. Londres, sin embargo, tuvo un papel especial.
«Mis años de formación fueron realmente en Londres. Londres es una ciudad de diseño. Allí fue donde empecé a entender lo que era el diseño», afirma.
También fue en Londres donde descubrió la cultura punk, otro pilar fundamental de su identidad profesional. «Me influyó mucho el punk, que era lo que estaba pasando en Londres cuando yo vivía allí. El diseño gráfico que nació en torno al movimiento punk, con gente como Jamie Reid, me influyó enormemente».
Al asomarnos a su estudio, es evidente que no permite que un solo lugar de la Tierra sea tan solo un «fondo» trivial. Carteles de París, libros de diseño de Alemania, grabados impresionistas centroeuropeos y arte neoamericano crean un espacio lleno de color que también es un impactante homenaje a su oficio. Un microcosmos de formas, colores y materiales en el corazón de la ciudad a la que hoy considera su hogar.
«Estoy realmente obsesionada con la obra de Monet y la gente que pintaba con él», continúa. «Artistas que se rebelaron y rechazaron el arte convencional de su época».
Esto no es una coincidencia. La idea de rechazar lo comúnmente aceptado es, según nos explica, un tema recurrente y constituye una línea roja a lo largo de su carrera. «El punk me influyó mucho, pero después llegó la cultura urbana, que en realidad empezó con los surfistas de California. Más tarde, la cultura skate a principios de los 80 y todo el camino hasta hoy. Puedo fundirlo todo y todo influye en mi trabajo y en mi forma de entender las cosas. Creo que la cultura de la rebeldía y ser capaz de rebelarse sutilmente es muy importante».
Si observamos el trabajo más reciente de Ruba como directora creativa ejecutiva de Tiffany & Co., no es difícil ver cómo esta filosofía llega desde sus manos a nuestro mundo. Bajo su dirección, entre 2021 y 2023, la icónica joyería ha cambiado sensiblemente su enfoque publicitario y ha empezado a coquetear con la subcultura y la contracultura y con algunos de sus más destacados iconos contemporáneos: raperos como Kendrick Lamar y Nas, skaters como Tyshawn Jones y artistas como Beyoncé están hoy estrechamente relacionados con el color azul turquesa de la marca. Hace solo diez años, eso habría parecido absolutamente imposible.
Este desdibujamiento de las líneas establecidas y la ruptura de los paradigmas culturales son también importantes para entender otra de sus obsesiones: los BMW (➜ Leer más: Maravillas del M).
Los seguidores de su cuenta personal de Instagram saben cómo son sus características yuxtaposiciones de marcadores culturales, sobre fondos blancos a modo de pequeñas obras de arte inspiradas en dípticos: a Ruba le encanta deconstruir culturas para volver a construirlas con una nueva visión, una receta que resulta tremendamente poderosa. Sus fans lo saben bien, y también que el diseño clásico de BMW suele jugar su propio papel en este proceso.
Para uno de sus últimos proyectos privados, Ruba ha desarrollado esta idea un poco más y ha creado una pequeña revista con una selección de diseños iconográficos de BMW, dispuestos sinérgicamente junto a otros símbolos del diseño, recortes o favoritos personales; un homenaje impreso a algunos de los diseños de BMW que más le han inspirado en estos años.
«Tuve la suerte de crecer en Europa, donde los BMW no son tan raros como en Estados Unidos», dice de sus primeras experiencias con la marca. «Vuelvo a mis años de formación, donde empecé a tomar conciencia a través del diseño. No es fácil explicar por qué un coche te gusta más que otro, es una cuestión emocional. Pero lo que más me llamó la atención fue el diseño, esa fina línea. Estábamos a principios de los 80 y los BMW nos parecían divertidos, pero también muy elegantes. Representaban el yin y el yang. No me obsesionaba la mecánica ni nada de eso, sino el sonido del coche, su forma y su color. Es un cierto tipo de sensualidad, y la sensualidad lo es todo porque es lo que atrae a los seres humanos. Y yo diría que el BMW es el más sexy de todos».
Mientras revisa antiguos anuncios impresos y folletos de ventas de BMW, Ruba confiesa que no es una gran conductora, al menos no en Nueva York. Para desplazarse prefiere confiar en su amigo y compañero Tyshawn Jones, un auténtico fan de BMW.
Tyshawn ganó en diciembre el título Skater del año 2022 de la revista Thrasher y se convirtió en el primer skater negro en conseguirlo dos veces. Pero él también se resiste a que una única hazaña lo defina. Cuando no está sobre la tabla, también es un empresario hecho a sí mismo que se abre camino en la industria: uno de esos iconos culturales que solo Nueva York puede producir. Al volante, se convierte además en la puerta que Ruba atraviesa para disfrutar de la experiencia de conducción diaria de BMW (➜ Leer más: Seis consejos de conducción), explica.
«Cuando lo conocí, Tyshawn era muy joven. Creo que ni siquiera tenía carné de conducir. Es la persona más determinada que conozco: su forma de conducir refleja todo lo que hace en la vida, cómo se esfuerza en ser el mejor skater o el mejor hombre de negocios del mundo. Compartimos muchas cosas, pero también siente una profunda pasión por los BMW. Paso mucho tiempo en su BMW con él. Sin embargo, es un conductor espantoso. Normalmente, me siento atrás».
«¡Soy un gran conductor!», protesta Tyshawn. «Solo te sientes un poco fuera de control porque siempre vas detrás. ¡Pero soy el mejor conductor que conozco!».
«Me encanta conducir por Nueva York», sigue diciendo. «El caos, el ruido, el tráfico… Conozco todas las calles, todos los sitios a los que ir. ¡Me encanta! Conduzco un BMW todos los días, y lo digo absolutamente en serio».
«Creo que compartimos muchos de nuestros ideales, nuestra forma de trabajar, pero aún estamos lejos de conseguir todo lo que queremos en la vida», afirma Ruba. «Hablamos mucho de eso, también en el coche. Paso más tiempo en el coche de Tyshawn que en ningún otro coche del mundo».
Es una combinación de potencia y discreción al mismo tiempo. Es la pura definición de placer. Y... ¿qué puede causar más placer que conducir un buen coche?
Quizá esto sea también lo que ha llevado a Ruba a convertirse en un icono del diseño moderno: la idea de que, para que algo nos ofrezca un valor real en la vida, lo primero y más importante es que nos haga felices. Para que algo sea realmente grande, tiene que ser bonito y práctico a la vez.
«El diseño tiene sus restricciones y sus limitaciones», dice Ruba haciendo una leve pausa para dar más peso a su afirmación. «El diseño es omnipresente en nuestras vidas, aunque la mayoría de la gente no le preste atención o ni siquiera sepa que existe. Pero está en todas partes y es esencial para muchas cosas que afectan a nuestra vida cada día».
«En definitiva, se trata de comunicación», insiste. Un buen diseño «tiene que comunicar ante todo». Otra pequeña pausa. Y prosigue: «Pero para mí es bonito. Al final, debe ser bonito y práctico». Otro apunte en el cuaderno. Y muy bueno, por cierto.
Y con esto llegamos a una especie de respuesta a la pregunta que nos hacíamos antes: ¿qué hace que Ruba destaque entre la multitud?
Desde los primeros días en el punk underground londinense hasta su trabajo para una de las marcas más conocidas del mundo y su pasión por el diseño clásico de BMW (➜ Leer más: Diseño de coches – el ADN de BMW): la visión que tiene Ruba de la vida reúne todo esto bajo la forma de una comunicación clara y bella alimentada por las culturas que nos rodean y nos conforman. Esto da a su trabajo una profunda relevancia que parece superar no solo los medios y los estilos, sino también las propias barreras culturales. Por ejemplo, como cuando dos estrellas que se han hecho a sí mismas en distintas partes del mundo, de dos generaciones diferentes, de orígenes muy distintos, se reúnen para dar una vuelta en coche y charlar acerca de dónde les llevarán sus sueños.
¿Qué puede haber más bonito que eso?
OBSESSED X BMW es una nueva serie sobre personas extraordinarias que comparten un denominador común: cada una de ellas es, a su manera, un fan incondicional de la marca BMW – con su propia historia que contar.
Permanezca atento al lanzamiento de más capítulos, próximamente en BMW.COM.
Autor: David Barnwell; Art: Verena Aichinger, Carolin Wabra; Fotos: Daniel Nguyen; Vídeo: Chad Huff; Creative Direction: Chris Bradl