Sushi hawaiano y «croissants creativos»: estas son solo dos de las muchas tendencias gastronómicas que conquistan el mundo desde Los Ángeles y San Francisco.
Pero no solo la pasión por la buena comida une ambas metrópolis, sino también la Ruta 1: Esta carretera de ensueño en la Costa Oeste es con razón la número 1 de las Rutas Estatales californianas, gracias a su espectacular ubicación, los paisajes y también sus manjares. Deberías tomarte al menos cuatro días en tu viaje por California para dedicarlos a este trayecto de 935 kilómetros de longitud.
El actor Brad Moore se pone en marcha con el BMW Serie 4 Cabrio desde el puente Golden Gate hacia Hollywood. Súbete y descubre los puntos clave para sibaritas en esta ruta por California. Con paradas en playas de ensueño y panorámicas del legendario tramo costero Big Sur.
Ruta por California: nuestras paradas por el estado dorado
Leif Hedendal es un chef californiano de San Francisco. Nos muestra los tesoros culinarios de la región, entre ellos el Gospel Flat Farm Stand de Micky, su amigo granjero.
Desde verduras hasta «cerdos felices», aquí todo es natural. Micky y su familia apuestan por el cultivo ecológico de los alimentos y la honradez de sus clientes, y es que en su puesto de productos de granja cerca de la Ruta 1 se venden productos durante todo el día en base de confianza. Así funciona: Se eligen las verduras y demás alimentos, se envuelven, se pesan, se apunta la compra en la estación de pago y se echa el dinero en la caja.
En el horno de leña detrás de la casa, Micky y su familia hornean pan y cocinan manjares directamente traídos del campo. Esta noche, la tarea queda en manos del chef Leif. Sirve un menú con ingredientes de la granja y hierbas recogidas por él mismo.
Del espacio a la viña: José Hernández fue un astronauta de la NASA y el primer mexicano en viajar al espacio. Desde la ISS disfrutó de unas vistas únicas, también de California.
Visitamos a José en French Camp, Stockton. Allí cultiva vino en la finca de su familia. De las vides se producirá luego champán.
Ponemos rumbo hacia los mariscos. La bahía de San Francisco es el territorio del capitán Frank. El pescador nos lleva consigo al mar. Hoy pescaremos el almuerzo nosotros mismos.
En tierra firme, el capitán Frank nos lleva al Swan Oyster Depot, una institución en la ciudad. Ostras, gambas, mejillones y cangrejos se sirven frescos en la mesa desde 1912. Un local de moda desde tiempos inmemoriales. Los 18 asientos del local de Kevin Sancimino y su padre Steve son muy codiciados, igual que algunos de los platos que no están en la carta. Pregunta por un sashimi siciliano o el plato de mariscos «Maverick».
Hace tiempo que San Francisco se perdió en el espejo retrovisor, del horizonte surge ahora un monumento emblemático: Desde 1872, el faro Pigeon Point señala el camino a los marineros. Todavía hoy, la torre de 35 metros de altura cumple con su cometido. Y, entretanto, la vivienda del vigilante sirve de albergue.
En unos pocos pasos se llega a la playa. Desde el puente de madera detrás del faro puede verse la ballena gris en su travesía. O disfruta de tu propia travesía por el bosque cercano con sus milenarias secuoyas gigantes.
Desde el faro, el viaje por carretera a través de California nos lleva hasta la ciudad Carmel by the Sea. Carmel es la puerta de entrada a Big Sur, el tramo más famoso de la Ruta 1.
La carretera serpentea en Big Sur a través de acantilados y bosques. Tras una de las centenares de curvas aparece el motivo fotográfico más popular de Big Sur: el Bixby Bridge.
El puente de cemento de 79 metros de altura cruza el Bixby Creek desde 1932. Su construcción fue un gran reto. Los trabajadores acarrearon el material por carreteras costeras provisionales y subieron cada saco de cemento a la estructura con correas. Hoy por hoy, el Bixby Bridge, con sus 218 metros de largo, ofrece una experiencia de conducción única.
Cuatro millas más tarde cruzamos la desembocadura del Little Sur River. Entre rocas y bancos de arena, el riachuelo se retuerce rumbo al Pacífico. Poco después, la Ruta 1 abandona la costa y serpentea entre la naturaleza salvaje por el valle del Big Sur River.
En su interior se anhela el frescor del Pacífico, ¡así que no pases de largo la bifurcación hacia la Pfeiffer Beach! Se halla un poco al margen del camino transitado en el Pfeiffer Big Sur State Park.
Al sur de la Big Sur Station, la Sycamore Canyon Road sin señalizar se aleja de la Ruta 1, serpenteando durante tres kilómetros hasta la costa. A tan solo unos pocos pasos del aparcamiento se encuentra la playa.
El atractivo en Pfeiffer Beach es la Keyhole Rock. Las olas y las mareas han perforado la roca y, ahora, aluviones de agua y rayos de sol se cuelan a través de los agujeros: un momento digno de Instagram.
En el extremo norte de la playa aguarda otro espectáculo natural: Aquí la piedra rica en manganeso ha teñido la arena de color lila. Sin embargo, solo los más valientes disfrutarán de un chapuzón en el mar. Incluso en verano, la temperatura del agua rara vez sobrepasa los 16 grados.
¡Hora de cargar las pilas! Recomendamos: Hamburguesa con vistas.
Por ello, hacemos un alto en el restaurante Nepenthe. Además de hamburguesas, chuletas, pollo asado y ensalada de rábano californiano, el restaurante ofrece una especialidad singular: Vistas panorámicas desde la terraza a la costa y a las montañas de Santa Lucía.
El propio restaurante es una delicia para los ojos, diseñado por un discípulo del legendario arquitecto Frank Lloyd Wright. El ambiente recuerda a un chiringuito de playa caribeño. Durante las millas restantes antes de llegar a Los Ángeles disfrutamos de nuevo de cómo la carretera acaricia la costa mientras sentimos la brisa marina en el pelo.
La metrópolis de cuatro millones de habitantes se extiende hasta el horizonte como una alfombra de casas. En la ciudad aguardan dos locales que nos mostrarán la cara más deliciosa de Los Ángeles.
Sillas de madera de roble, paredes de cemento y papel pintado hecho a mano: en este ambiente, Ray García juega con la cocina mexicana. La cultura gastronómica del sureño país vecino es omnipresente en Los Ángeles.
Broken Spanish es el nombre del restaurante en el que Ray García reinterpreta las tradiciones culinarias de su tierra natal.
Aunque al cocinero le encanta también la comida callejera tradicional mexicana. Ya desde bien pequeño, la comida guía los pasos de Ray García hasta el mercado de Los 5 Puntos, donde pueden disfrutarse tacos, burritos, quesadillas y mucha carne. Aquí se aplica el principio «nose-to-tail», o lo que es lo mismo, que se aprovechan todas las partes del animal. Pero en Los 5 Puntos esto no es ninguna tendencia gastronómica moderna, sino tradición. Los vapores y olores de las cocinas abiertas inundan el edificio del mercado.
En el Union Swapmeet Market nos recibe Cecilia Hae-Jin Lee. La coreana es autora de libros de cocina. Sus pasiones son las tendencias gastronómicas y la cocina. En 2017 abrió su propio restaurante en el mercado de East Hollywood, el Nabi.
Su receta: Cecilia fusiona cocina tradicional coreana y mexicana. Ha bautizado su estilo de cocina como «Fast Casual». Y lo probamos. Tortas coreanas con cerdo, quesadillas rellenas de kimchi o cuencos de bibimbap abren boca para una segunda visita.