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El invierno es una prueba de estrés para cualquier vehículo y cualquier conductor. Hay veces que se congelan las puertas y otras que la batería se niega a funcionar. La humedad se acumula por dentro y, por fuera, hay que rascar el hielo del parabrisas si se quiere ver algo. Eso por no hablar de lo peligrosas que son las placas de hielo o la nieve en la carretera (➜ Consejos de invierno: conducción segura en invierno).
La mayoría de los inconvenientes invernales se pueden evitar con unas cuantas medidas preventivas. Muchos servicios profesionales ofrecen chequeos del vehículo especiales para el invierno. Pero si quieres hacerlo por tu cuenta, en este artículo te ofrecemos nuestros consejos para preparar el coche para el invierno.
Lo primero de todo: mejor no esperar a que caiga el primer copo de nieve para comprobar que tu vehículo está preparado para la estación fría. Eso suele ser ya demasiado tarde. El momento ideal para preparar el coche para el invierno es a principios de otoño, es decir, para el hemisferio norte, hacia finales de septiembre o primeros de octubre.
Cómo preparar el coche para el invierno – enlaces directos a los 13 consejos:
- Llevar cadenas para nieve
- Comprobar el portaesquís y el cofre del coche
- Rellenar el líquido anticongelante
- Cambiar las escobillas del limpiaparabrisas
- Limpiar las lunas
- Evitar la humedad dentro del vehículo
- Realizar mantenimiento a los burletes de goma
- Comprobar y cargar la batería del coche
- Ajustar las luces y los faros
- Instalar una calefacción de estacionamiento
- Meter los accesorios para invierno en el vehículo
- Refrescar las técnicas de conducción
Cambiar neumáticos a tiempo
Una reducción drástica en el tiempo de frenado y una mayor seguridad en la conducción con condiciones invernales: estos son los mejores argumentos a favor de los neumáticos de invierno (➜ Comparación práctica de neumáticos de invierno y de verano). El perfil especial de las ruedas de invierno ofrece un agarre significativamente mayor en superficies con nieve, hielo o barro que el de los neumáticos de verano o los estándares. Los surcos más profundos y las numerosas laminillas (cortes finos y normalmente dentados) de los neumáticos de invierno se agarran literalmente a los suelos más resbaladizos. Como consecuencia, este tipo de ruedas ofrecen una distancia de frenado un 25 por ciento más corta que los neumáticos de verano en carreteras con nieve (a 100 km/h).
Pero lo que muchos desconocen es que, incluso en las carreteras secas, los neumáticos de invierno ofrecen una mayor seguridad de conducción durante la estación fría. Esto se debe a que el compuesto de caucho de esta variedad de neumáticos conserva su consistencia flexible incluso con frío. Cuando más flexible es el caucho, mejor se adapta al asfalto, lo que garantiza una tracción óptima y, por tanto, más seguridad.
Cuando la temperatura baja de los siete grados centígrados, los neumáticos de invierno ofrecen grandes ventajas. Por eso, en los preparativos para el invierno, conviene cambiar los neumáticos pronto. No esperes a que caiga el primer copo de nieve.
En muchos países, los neumáticos de invierno son obligatorios, ya sea en épocas determinadas (por ejemplo en los meses de invierno) o con condiciones específicas en la carretera.
Si no lo hiciste al almacenarlos la temporada anterior, deberías comprobar si tus neumáticos de invierno usados aún tienen una profundidad de surco suficiente. El Código de Circulación español establece que el surco debe tener una profundidad mínima de 1,6 mm, tanto para neumáticos de invierno como de verano. Sin embargo, esa profundidad es insuficiente: los expertos aconsejan que los neumáticos de invierno tengan una profundidad de surco de 4 mm y los estándares de 3 mm.
Algo que no cabe olvidar es que en algunos países, los neumáticos de invierno son obligatorios. Ese es el caso en muchos países de Europa, como Austria, Suecia o la República Checa. En España no es obligatorio, aunque es especialmente recomendable utilizarlos en la mitad norte de la península. Cabe destacar que los neumáticos de invierno sustituyen a las cadenas cuando estas son obligatorias en determinadas carreteras y en determinadas condiciones. Para que sean aceptados, estos deben llevar el “símbolo alpino” (tres montañas y un copo de nieve) o el símbolo “M+S” (que índica que son válidos para barro y nieve). La multa por no ir correctamente equipado al circular por determinadas carreteras en condiciones de invierno puede ascender a los 200 euros.
Llevar cadenas para nieve
Incluso los mejores neumáticos de invierno tienen sus limitaciones, especialmente si se usan en carreteras con nieve, hielo, desniveles o pendientes. Por eso, si vives en una zona montañosa o vas a menudo a esquiar durante tus vacaciones, deberías llevar unas cadenas para nieve en el maletero. En muchas vías de montaña son obligatorias cuando hay nevadas intensas.
Las buenas cadenas para nieve no solo mejoran la adherencia en firmes con nieve o hielo, sino que también ofrecen buenas condiciones para la conducción. Además, se pueden colocar y retirar fácilmente. Sin embargo, debes familiarizarte con ellas antes de dirigirte a la estación de esquí: si pracicas a ponerlas en casa, en caso de que se te presente una emergencia no tendrás mayores dificultades para colocarlas. Una cosa importante: al comprarlas, asegúrate de que las cadenas se ajustan al tamaño de tu neumático (➜Consejos sobre neumáticos: cómo determinar su tamaño).
Comprobar el portaesquís y el cofre del coche
Dos de los elementos imprescindibles para irse de vacaciones a hacer esquí son el portaesquís y el cofre del coche. ¿Tienes todas sus piezas y las instrucciones de montaje? ¿Y la llave para cerrarlos? ¿Se cierran bien o hay que ponerles un poco de lubricante en las bisagras?
El portaesquís y el cofre del coche no solo ofrecen espacio de almacenamiento adicional para el equipaje más voluminoso, sino que también cumplen una función de seguridad. Si no están fijados al vehículo de forma estable y no retienen la carga a la perfección, pueden provocar un accidente en el que se vean involucrados otros vehículos, por ejemplo si la carga se suelta y se dispersa por la carretera. Si tienes dudas sobre su estado, lo mejor es que te hagas con un nuevo portaesquís o cofre para el coche.
Lleva líquido anticongelante en el vehículo
Al preparar el coche para el invierno, hay dos fluidos que te protegerán del hielo:
- Comprueba si el agua de la refrigeración dispone de líquido anticongelante suficiente. Si se congela, podría dañar el motor en casos extremos. Normalmente, en tu taller se asegurarán de que el vehículo tenga suficiente líquido anticongelante en su circuito, pero si has añadido más agua, por ejemplo, debes poner más anticongelante. Tanto en el taller como en algunas estaciones de servicio pueden comprobar si la cantidad de este líquido es adecuada. La protección anticongelante del radiador del coche debería ser suficiente para aguantar los 25 grados bajo cero. Algo importante que tener en cuenta al rellenar: el líquido anticongelante debe ser compatible con tu motor. Lo mejor es usar líquido anticongelante original del fabricante.
- Comprueba el líquido del limpiaparabrisas. Si se congela, te verás amenazado por unas condiciones de visibilidad insuficientes al volante. La sal de la carretera, que se seca al adherirse al parabrisas, puede obstruirte totalmente la visión. Por eso, el líquido del limpiaparabrisas también debe llevar anticongelante para evitar que los tubos o las boquillas se congelen. Algunos de estos fluidos especiales para el invierno ya incluyen anticongelante.
Cambia las escobillas del limpiaparabrisas
¿Tu limpiaparabrisas deja restos y rayas o ya no se desliza correctamente sobre la superficie del cristal? Entonces ha llegado el momento de sustituir lasescobillas para preparar el coche para el invierno. Contar con una buena visibilidad es especialmente importante durante la estación más oscura. Los focos de los vehículos con los que te cruces pueden resultar especialmente incómodos si tienes rayas en el parabrisas.
Limpiar el parabrisas del vehículo por dentro y por fuera
Si tus limpiaparabrisas siguen dejando rayas en el cristal después de ponerle nuevas escobillas, puedes limpiar el parabrisas (¡nunca las gomas de los limpiaparabrisas!) desde fuera con un limpiacristales. Y una cosa que muchos conductores olvidan: el parabrisas tiene que estar limpio también por dentro. El polvo, las huellas de manos y dedos o la nicotina dejan una capa de suciedad que oscurece la visión, especialmente en condiciones de poca luz, e intensifica el efecto deslumbrante de los focos ajenos. Además, las lunas sucias se empañan antes que las limpias.
Al limpiar el interior de las ventanas del coche, las esponjas o paños secos no hacen más que expandir la suciedad. Para una limpieza eficaz, lo mejor es usar limpiacristales y un paño de microfibra que no deje restos (idealmente una bayeta mircoperforada).
Evita la humedad en el vehículo
No es solo la suciedad el factor que puede perjudicar la visibilidad del conductor: la condensación también puede ser peligrosa. Especialmente en invierno. Dado que fuera hace más frío, la humedad del aire en el interior se condensa y las luneas se empañan.
La causa principal de la condensación en el parabrisas y las ventanas es el alto nivel de humedad en el habitáculo. Se puede reducir con algunas medidas preventivas durante las comprobaciones del coche para el invierno:
- Cambia el filtro interior (filtro para polen) en los plazos que indique el libro de servicio (lo harán en el taller durante la inspección). Los filtros sucios obstruyen el intercambio de aire de la ventilación y la climatización.
- Comprueba el sellado de las ventanas y el techo panorámico. Las fugas pueden aumentar la humedad en el vehículo.
- Para evitar la humedad en el coche existen también accesorios especiales, por ejemplo las alfombrillas para todo tipo de clima. Durante el invierno, se suele introducir la nieve y la humedad en el vehículo en las suelas del calzado. Las alfombrillas de coche de material textil absorben el líquido y se secan lentamente. Esto al final produce olores desagradables, especialmente si se dejan las alfombrillas húmedas en el vehículo mucho tiempo. Las alfombrillas para todo tipo de clima, por el contrario, están confeccionadas con un material impermeable del que se puede sacudir o escurrir la humedad fácilmente. Se puede disfrutar de las mismas ventajas con un protector de maletero, que garantiza que esta zona sea resistente y se seque rápidamente.
- Mantén despejados los conductos de desagüe, especialmente en el compartimento del motor debajo del parabrisas y en el maletero. El agua se puede acumular en estas zonas si están obstruídas por la caída de hojas o elementos similares.
Realiza mantenimiento a los burletes de goma
El aislamiento defectuoso puede provocar humedad dentro del coche. El hielo somete a la goma de las puertas y ventanas a mucha presión y puede hacer que se agrieten. Y cuando se abre bruscamente la puerta congelada de un vehículo, se pueden provocar pequeñas roturas en los burletes de goma.
Por eso, se deben repasar bien los sellados de goma del vehículo antes de encarar el invierno. Losproductos de mantenimiento de goma evitan que los burletes del vehículo se congelen y prolongan así su vida útil. Algo importante: no utilices productos de mantenimiento que tengan silicona, ni tampoco remedios caseros como la vaselina o grasas animales.
Inspeccionar y cargar la batería
Según el RACE, en 2017 las baterías fueron la principal causa de averías en carretera (165 000 asistencias solo ese año). Sucumben con mayor facilidad en condiciones de frío, y si ese es el caso, el motor no responderá. Para evitar que te pase esto, ten en cuenta estos pasos en tus comprobaciones para el invierno:
- La batería de coche tiene una vida útil limitada. A los seis años, normalmente, se deben cambiar. Y si sueles hacer trayectos cortos frecuentes, el plazo se reduce aún más. Así que es razonable cambiar la batería de manera preventiva durante el otoño.
- Pide en tu taller que hagan una prueba de la batería en otoño. Solo con una prueba de estrés con equipo especializado se pueden obtener resultados significativos.
- Si tienes un cargador de batería de coche en la cochera o lo llevas en el maletero, podrás estar seguro incluso en condiciones gélidas. Los cargadores se pueden conectar a enchufes estándares, por lo que podrás insuflar nueva vida a tu batería en unas pocas horas. Además cuentan con una función de diagnóstico que detecta automáticamente las baterías que están en las últimas.
Ajustar los faros
En la estación más oscura del año es especialmente importante ver bien y que te vean de forma clara. Muchos vehículos tienen una función de advertencia si detectan un defecto en los mecanismos de iluminación. Procura solucionar dichos problemas inmediatamente en tu taller, aunque solo sea para evitar las multas.
Si tu vehículo no tiene función de advertencia, deberías comprobar tú mismo el sistema de iluminación (consulta la siguiente ilustración). Aun así, no podrás saber si los focos están correctamente ajustados, es decir, si iluminarán correctamente la vía sin deslumbrar innecesariamente al resto de usuarios. Esto solo se puede determinar mediante una prueba profesional que se ofrece en la mayoría de talleres. Ellos te podrán ajustar correctamente las luces.
Instala una calefacción de estacionamiento
Imagínate lo que sería en invierno meterte en un coche ya precalentado, sin tener que descongelar el parabrisas, sin que se te congele la puerta, sin quedarte con los dedos helados sobre el volante.
La calefacción de estacionamiento facilita la vida a los conductores durante el invierno. Funciona como la calefacción del coche, pero de forma automática: lo descongela y calienta antes de que te subas. Y también supone otras ventajas para el vehículo: los modelos modernos también precalientan el motor. El arranque en caliente reduce el desgaste, el consumo de combustible y las emisiones. A pesar de esto, la calefacción de estacionamiento también consume combustible, más o menos un litro a la hora, aunque la reducción del consumo durante los primeros kilómetros lo compensa.
Se puede instalar una calefacción de estacionamiento en casi cualquier modelo de vehículo. Pregunta en tu taller.
Por cierto: la mayoría de coches eléctricos y de híbridos enchufables se pueden precalentar eléctricamente. Esto es ideal cuando el vehículo sigue enchufado o conectado a la estación de carga, porque así el precalentamiento no consume la carga de la batería (➜ Coches híbridos enchufables: comparativa de eléctricos).
Estos accesorios preparan tu coche para el invierno
Además del equipamiento estándar como el triángulo de señalización de emergencias, el chaleco de seguridad y el kit de primeros auxilios, estos accesorios te ayudan a preparar el coche para el invierno:
- Cubierta para el parabrisas o cubierta de coche completa, que protegen el coche de la nieve y el hielo.
- Aerosol de deshielo, que suaviza la superficie helada para que puedas trabajarla con el siguiente utensilio.
- Rascador, que tendrás guardado siempre a mano, por ejemplo en el hueco de la parte de abajo de la puerta del conductor.
- Escobilla, para retirar la nieve de la superficie del coche.
- Esponja o paño antiempañamiento, que te permite recuperar la visibilidad tras limpiar las lunas del coche. Lo mejor es guardarlos en el compartimento de la puerta del conductor.
- Una manta de lana, para las paradas obligatorias inesperadas en los atascos.
- Guantes de trabajo, para colocar las cadenas o rascar el parabrisas.
- Linterna, por si te hace falta reparar algo en el vehículo.
- Una cincha o cuerda para remolcar, por si tienes que sacar algún coche de la nieve.
- Una botella extra de líquido anticongelante para el parabrisas, porque cuando hace falta no hay gasolineras cerca.
- Pala para nieve y una garrafa llena de combustible, para conducir por zonas extremadamente aisladas y con mucha nieve, como Laponia o Alaska.
- Cables de conexión con pinzas para la batería o arrancador de emergencia, con los que podrás ayudar a arrancar a otros conductores que no se hayan preparado tan bien como tú para el invierno (consulta el consejo 9).
Refresca tus técnicas de conducción
Conducir por una carretera de montaña cubierta por la nieve, frenando y esquivando obstáculos sobre el firme helado, es uno de los muchos retos que plantea el invierno a los automovilistas. Para que la primera nevada no te coja con el pie cambiado, refresca tu técnica de conducción para el invierno con antelación, incluso acudiendo a cursillos profesionales.
Ilustraciones: R. Fresson