Cuando uno ve el mundo a través de los ojos de Benni Grams es tan emocionante, al menos, como una película de acción: saltos desde alturas aterradoras, finos movimientos para mantener el equilibrio a toda velocidad y, a veces, rozaduras y heridas en las rodillas. Pero Benni Grams no es actor, o al menos no es un actor normal. Es atleta profesional de parkour (➜ Leer más: Deportes urbanos). Se describe a sí mismo como una persona que siempre debe estar activa y que no consigue mantenerse quieta. Parece que le viene como anillo al dedo el BMW X4, el Sports Activity Vehicle de BMW, con el que recorrerá Barcelona para satisfacer su necesidad de desplazarse por una nueva ciudad.
El parkour es un tipo de deporte denominado también «el arte del desplazamiento eficiente». Sin ningún tipo de elemento auxiliar, solo con sus capacidades y su propia fuerza física, los atletas de parkour se abren camino por el panorama urbano (➜ Leer más: Selección de destinos para disfrutar del urban kayak). Su forma de interactuar con la ciudad es totalmente diferente a la prevista por los urbanistas: saltan de pared a pared o transforman la fachada de un edificio en una superficie por la que escalar. La ciudad ofrece a los atletas de parkour posibilidades creativas interminables y libertad: un espacio sin limitaciones para la autoexpresión y la realización personal.
Cualquiera que se atreva a practicar parkour en Barcelona recibirá una grata recompensa: en el variado paisaje urbano, se combina la arquitectura contemporánea (➜ Leer más: Arquitectura sobre ruedas) con rascacielos de vidrio, los edificios góticos con el modernismo catalán. No en vano, Antonio Gaudí y sus obras maestras de arquitectura orgánica han hecho que la capital de Cataluña sea mundialmente famosa. Es un verdadero patio de recreo para los entusiastas del parkour. A Benni le fascina esta armonía ecléctica: «La ciudad tiene un ambiente de la leche. Que se combinen tantos estilos arquitectónicos tan cerca del mar es un paraíso para mí».
Descubrir de esta forma ciudades como Barcelona no es ninguna novedad para Benni. Forma parte de «Ashigaru», el equipo de parkour profesional más grande de Alemania, y lleva 13 años recorriendo las grandes ciudades europeas. En japonés, Ashigaru significa «que se mueve con ligereza», y justo así fue como comenzó la carrera de este atleta que hoy tiene 28 años: «Descubrí el parkour como hobby cuando tenía 13 años, y con 15 ya cobré por primera vez por una actuación. El hecho de poder ganar dinero haciendo lo que me apasionaba fue verdaderamente revelador».
Desde entonces, sus capacidades como atleta del parkour no han hecho más que mejorar (➜ Leer más: Más allá de los límites), al igual que su popularidad. Benni suele participar en concursos de televisión como «Ninja Warrior» o «Catch» en Alemania, en los que se ponen a prueba las capacidades físicas de los participantes. También trabaja como actor especialista en videojuegos, galas o estrenos. Incluso actuó en una ocasión para la superestrella de acción Tom Cruise.
Cuando Benni se pone a hablar de parkour, queda claro enseguida que para él no se trata de una mera profesión, sino mucho más: una pasión y un estilo de vida activo. Le entusiasma poder liberar tensiones de forma creativa y superar las limitaciones físicas. No deja de mencionar palabras como «libertad» o «intuición». Lo que le impulsa es explorar los tipos de movimiento más naturales y sacarse el máximo partido, ver siempre si es capaz de ir más allá. Y eso es porque el deporte le ha demostrado lo que vale.
Cuando era niño, Benni probó muchas clases de deportes: (➜ Leer más: Excursión de barranquismo en coche): judo, kárate, gimnasia... Pero había algo que siempre le molestó: «El entrenamiento siempre estaba orientado hacia unos objetivos que correspondían al nivel de rednimiento. Los planes no contemplaban otros tipos de ejercicios, y eso no era para mí». La necesidad de moverse de Benni no cabía en lecciones predeterminadas y niveles de rendimiento; quería darle rienda suelta según se lo pidiese la situación. «El parkour plantea algo totalmente opuesto: puedo moverme como quiera y definir yo mismo los niveles de rendimiento. Nadie me dice cuándo puedo entrenar un movimiento o cuándo no. ¡Es la libertad total!». Benni tuvo que aprender mucho sobre la responsabilidad personal, pero esto también le enseñó que puede hacer todo lo que se proponga. «Abordar nuevos desafíos que inicialmente parecían imposibles es la esencia del parkour».
Cuando contemplamos cómo Benni convierte Barcelona en su patio de recreo personal, parece interactuar con la arquitectura casi sin esfuerzo (➜ Leer más: Lugares que tienes que ver). Sus movimientos son dinámicos, casi podría decirse que vuela. Reacciona rápido y cambia continuamente: a ratos se pone al volante y a ratos recorre la ciudad. Allá donde otros verían obstáculos, Benni ve nuevos desaríos. En cuanto divisa una zona con potencial, aparca el coche y analiza con todos sus sentidos las paredes, escaleras y barandillas. La forma que tiene de moverse abre perspectivas totalmente nuevas en cuanto a la vida en la ciudad y el transporte urbano (➜ Leer más: Cinco tendencias de movilidad urbana).
Para todo esto, el BMW X4 parece ser el compañero ideal. «Soy un fan total del movimiento y la energía. Por eso espero que un coche me ofrezca dinamismo al conducir», explica Benni. «Por lo pronto, la velocidad no tiene un papel demasiado importante. Al igual que ocurre con el propio cuerpo, lo esencial es evaluar qué se puede hacer y cómo sacar el máximo partido de cada maniobra. La precisión y la eficiencia son el alfa y el omega».
Benni conduce el BMW X4 en medio del bullicioso tráfico urbano con tanta confianza como recorre Barcelona con su propio cuerpo. Cualquiera que haya visitado la ciudad sabrá que no es un ejercicio sencillo (➜ Leer más: España en coche: los 7 mejores paisajes de carretera). Los bocinazos y los embotellamientos no le molestan: la atmósfera en el interior del coche urbano sigue siendo tranquila mientras continúa, calmado, su viaje de exploración.
Se nota que Benni disfruta del tiempo que pasa al volante: no suele tener jornadas tranquilas con mucho tiempo para descansar. La mayor parte del tiempo está de viaje con su equipo para grabar producciones de TV o hacer sesiones de parkour. Entre medias, a veces reserva algo de tiempo para sí mismo, y es algo que pretende hacer también en Barcelona.
«Este tiempo para mí es lo que más disfruto», confiesa Benni, y nos explica cómo es capaz de encontrarlo en el trajín de la ciudad. «La tranquilidad de la naturaleza me encanta, y a veces también la necesito (➜ Leer más: ¿Qué convierte a un lugar en lugar predilecto?), pero la ciudad también me ofrece muchas oportunidades en las que invertir mi tiempo libre. Cuando estoy en espacios urbanos, (➜ Leer más: Micromovilidad para la última milla) en mi mente es como si viera una película en la que van saliendo las cosas que puedo probar. La ciudad es diversidad, crecimiento e inspiración. Si solo tuviera acceso a la naturaleza, seguramente sería menos creativo», explica.
Durante el viaje, Benni señala repetidamente los distintos puntos que serían ideales para entrenar. A veces, incluso a través del techo panorámico (por ejemplo, a un árbol al que subirse). «La ciudad está repleta de lugares en los que practicar el parkour. Pueden ser un par de paredes bien enfrentadas, una barandilla en la que mantener el equilibrio, un árbol al que encaramarse o edificios desde los que saltar».
En las explicaciones de Benni, se dejan entrever claras invitaciones a ver aquello que nos resulta familiar desde nuevas perspectivas. «Si quieres probar el parkour, no necesitas conocimientos previos, pero sí una gran dosis de curiosidad. Por ejemplo, siempre recomiendo a la gente que tenga niños que escalen con ellos por las barras del parque. Puede que suene banal, pero, al principio, un salto de 20 centímetros es suficiente, de verdad. Luego puedes ir aumentando el nivel poco a poco».
Benni explica con un entusiasmo contagioso qué es un salto de gato o un salto de brazo, y uno no puede evitar dejarse llevar por su pasión. Cuando habla de sus capacidades, lo hace casi con modestia. Cualquiera que lo vea se da cuenta de que se necesita mucho tiempo y perserverancia para ser tan bueno como él (➜ Leer más: Objetivo del entrenamiento: a todo gas). Para Benni, este extraordinario deporte en el exterior ha sido siempre una prioridad. «Para dominar de verdad el parkour, hay que hacer bien lo básico: horas interminables de entrenamiento y seguir practicando los movimientos esenciales, lo que sigo haciendo incluso hoy en día», nos confirma. Y no oculta que el deporte también le obliga a enfrentarse a sus miedos para mejorar.
Sin embargo, esos miedos nunca le han lastrado. Más bien al contrario: este deportista todoterreno ya persigue nuevos objetivos que trascienden el deporte. Benni está desarrollando un curso de parkour online, consciente de que su trabajo es inspirador para muchas personas. Va a estructurar lo que hasta ahora ha podido compartir en redes sociales para ofrecerlo en forma de curso, como una ayuda concisa para cualquiera que no tenga experiencia y quiera empezar en el parkour. «Y además», añade, con un aire travieso, «quiero formarme para ser especialista de cine». Si lo consigue, Benni Grams acabará viendo el mundo incluso con más acción que ahora.
Fotos: BMW/Tim Adorf; Autor: Jelena Pecic; Vídeo: BMW