El arte no es solo una visión creativa, sino que también tiene una dimensión de responsabilidad social. En este sentido, representa valores como la inclusión, la diversidad y la igualdad de oportunidades. Las obras de las mujeres artistas nunca habían tenido tanta visibilidad en el mercado del arte como ahora; sin embargo, esto no significa que se les esté dedicando todo el espacio que merecen. Por ejemplo, según el estudio Diversity of Artists in Major U.S. Museums, que ha analizado los datos de 18 famosos museos de arte de Estados Unidos, el 87 por ciento de las obras que se exponen en ellos han sido realizadas por hombres y el 85 por ciento por blancos. En el mundo del arte, las mujeres llevan siglos enfrentándose a los prejuicios de género. Lo que se pretende con iniciativas como la plataforma ArtGirlRising fundada por Liezel Strauss es hacer visibles las desigualdades y dar voz a mujeres artistas emergentes para que tengan una representación más amplia y más justa en museos, galerías y casas de subastas.
Durante los 50 años de compromiso cultural de BMW Group hemos colaborado con mujeres de todo el mundo: desde artistas consagradas como Cao Fei, Jenny Holzer o Esther Mahlangu hasta artistas emergentes como Tonia, Leelee, Abigail y muchas otras. La clave es buscar una diversidad equilibrada de perspectivas que abarquen todos los géneros y nacionalidades.
Durante los últimos 50 años, el compromiso cultural de BMW Group no se ha limitado a los BMW Art Cars diseñados por prestigiosos artistas (➜ Leer más: Historia de los BMW Art Cars). El porfolio se ha ampliado para incluir colaboraciones con músicos tan importantes como Daniel Barenboim y Diana Damra, pero también con jóvenes artistas como Samson Young y Leelee Chan, que dejaron atrás sus talleres para hacer del mundo entero su fuente de inspiración.
BMW Group lleva más de medio siglo participando en cientos de iniciativas culturales a escala internacional. En el mundo del arte, en el de la música y el sonido, y en el de la arquitectura y el diseño. El compromiso cultural de BMW Group ha promovido diversos proyectos de colaboración, por ejemplo, la iniciativa BMW Open Work by Frieze, el premio BMW Welt Jazz Award y la guía BMW Art Guide by Independent Collectors. BMW Art Journey es otra iniciativa que se ha puesto en marcha junto con la feria Art Basel con el objetivo de embarcar a los artistas en un viaje creativo para sus trabajos de investigación. Además, hace décadas se inició la serie de conciertos gratuitos «Opera for All» en Berlín, Múnich, Moscú y Londres.
Sra. Strauss, ¿puede explicarnos brevemente la trayectoria personal que la llevó a fundar ArtGirlRising?
Creé ArtGirlRising para dar visibilidad a infrarrepresentación de las mujeres en el mundo del arte. La idea de ArtGirlRising se me ocurrió después de ver la campaña #5womenartists del Museo Nacional de Mujeres Artistas de Washington. Nuestras camisetas decoradas con nombres de mujeres artistas tienen la finalidad de suscitar el debate y, en última instancia, de aumentar la sensibilización sobre la colosal infrarrepresentación de las mujeres artistas en todo el mundo.
¿Cuáles han sido los principales desafíos y los hitos clave que ha encontrado en el camino?
Al principio me resultaba muy difícil contener la rabia al leer las estadísticas sobre el porcentaje de mujeres en el mundo del arte. Estos datos me dejaron sin palabras, me sentí terriblemente decepcionada. Es algo que todavía hoy me cuesta entender. Llevo casi 20 años dedicándome al mundo del arte y cuando puse en marcha ArtGirlRising hace casi cuatro años no era consciente de lo alarmantes que son estas cifras. Por otra parte, las repercusiones de la pandemia nos han puesto varias veces contra las cuerdas, pero nos las hemos arreglado para encontrar otras fuentes de ingresos y apoyar a las artistas con talleres y cursos en línea asequibles sobre arte, el negocio del arte y la representación femenina. En este momento nos estamos centrando en buscar alianzas con museos de arte y organizaciones artísticas como BMW Group Culture para que la concienciación pueda llegar a un público más amplio. ArtGirlRising se ha convertido en un movimiento. Las camisetas impresas fueron el punto de partida, pero ahora también tenemos el objetivo de crear un espacio en el que las mujeres artistas encuentren asesoramiento, oportunidades, una comunidad, representación y mucho más.
¿Ha habido momentos en los que decidió mantenerse firme y confiar en sus puntos fuertes?
Todo el tiempo. Dirijo mis organizaciones y empresas dejándome guiar por el corazón y la intuición. Desde el punto de vista económico las cosas no siempre van bien, pero, al fin y al cabo, lo que nos importa es la comunidad. Sé que siempre habrá desafíos, pero colaboro con personas increíbles y, entre todos, nos esforzamos por encontrar las vías y las soluciones más prácticas y sostenibles.
El arte es siempre un medio para ver el mundo a través de los ojos de una nueva generación. ¿Hasta qué punto es igualitario?
Creo que el mundo del arte está realmente perdido. El arte debería estar en los puestos de vanguardia a la hora de imaginar un mundo mejor, un futuro mejor. Pero ahora mismo no está cumpliendo esta función. El hecho de que en museos, galerías de arte, casas de subastas y ferias de arte predominen las obras de artistas masculinos y blancos refleja que existe una enorme carencia para imaginar un mundo y un futuro mejores, porque lo que se está mostrando es una parte muy pequeña del mundo. Las nuevas generaciones tienen cuentas en las redes sociales y un acceso más fácil a recursos e información, y aunque esto tiene un valor incalculable, solo sirve de ayuda, principalmente para la concienciación. Las nuevas generaciones no suelen tener la influencia necesaria para provocar cambios de arriba abajo. Pero las necesitamos para aumentar la sensibilización, investigar y crear una dinámica. Y también necesitamos alianzas con visión de futuro para facilitar el cambio.
¿Cómo se puede lograr este cambio?
Investigando, aportando datos, aumentando la sensibilización y actuando, actuando y actuando. Todos tenemos que saber las cifras. No hay suficientes datos. El mundo del arte tiene que ser más transparente a este respecto, tanto por lo que se refiere a las instituciones públicas como al mercado privado. Primero, necesitamos más gente dedicada a investigar y publicar las cifras; después, cauces para informar sobre la desigualdad y, en última instancia, utilizar la desigualdad para materializar el cambio.
ArtGirlRising ha diseñado una edición limitada de su camiseta insignia en colaboración con BMW Group Culture. A continuación presentaremos brevemente a tres de las cinco mujeres artistas que aparecen en la camiseta y sus reflexiones sobre la valoración de la mujer en el mundo del arte.
La artista británica Abigail Reynolds, ganadora del BMW Art Journey 2016, ha reunido en la serie «The Ruins of Time: Lost Libraries Along the Silk Road» los hallazgos que realizó durante su viaje por la ruta de la seda. Para Reynolds, este viaje de investigación, que se prolongó durante cinco meses, fue una experiencia de las que dejan huella. Le gustan las obras que dejan espacio para las preguntas y tienen un final abierto: «Todo artista intenta seguir una línea del deseo. No solo se trata del trabajo que uno desea hacer, sino también del tipo de vida que uno quiere llevar a través del arte. Viajar en moto para encontrar bibliotecas perdidas a lo largo de la ruta de la seda, desde Xi’an (China) hasta Herculano (Italia), fue una experiencia decisiva que me cambió la vida».
Por lo que respecta a la igualdad de representación y a los museos, galerías y casas de subastas, todavía estamos muy lejos de una solución satisfactoria, según revela: «Fui a una escuela pública y, más tarde, a la Universidad de Oxford. Tomé esa decisión, sobre todo, porque sentía curiosidad por los privilegios y las estructuras de poder. Quería verlos con mis propios ojos. Veo que mi vida ha cambiado muy poco. Muchas personas carecen de oportunidades, y esto no solo tiene que ver con el género y el origen étnico, aunque los dos siguen siendo barreras reales. El mundo del arte es global y diverso, y muchas personas de este sector se esfuerzan de verdad por corregir estos desequilibrios. Sin embargo, tengo la sensación de que el mundo del arte y el mundo académico se escudan en pretextos. Esa actitud me desagrada quizá aún más que la de aquellos que expresan abiertamente sus prejuicios, porque es más difícil de combatir y porque la considero profundamente deshonesta».
Tonia Calderon vive y trabaja en Los Ángeles. En sus obras visuales suele trabajar con superficies y estructuras no delimitadas que obligan al espectador a plantearse preguntas, a sentir y a reflexionar. Sus diseños creativos (➜ Leer más: Llantas aerodinámicas del BMW iX3: arte y diseño) están inspirados en relaciones y experiencias personales y en el origen multicultural de la artista, que tiene antepasados mexicanos, neerlandeses, indonesios y chinos. Empezó su trabajo como artista independiente a los 19 años, compaginándolo con el de camarera, y justo después de graduarse se compró una casa en Arizona para tener un punto de referencia seguro: «Si había una cosa de la que estaba segura en mi juventud, era de que haría todo cuanto estuviera en mi mano para mantenerme por mí misma». Sin embargo, la caída del mercado inmobiliario le obligó a replantearse su idea de estabilidad y seguridad, y se mudó a Los Ángeles para dedicarse por completo a su vida como artista.
Por lo que se refiere a la igualdad de oportunidades para las mujeres artistas, Calderon cree que todavía queda mucho por hacer. «La verdadera igualdad es un ideal lejano si nos fijamos en la representación y en la valoración de las mujeres en museos y galerías. El debate y la sensibilización son un buen punto de partida, pero mientras existan desigualdades en la sociedad, podemos dar por sentado que esas mismas desigualdades se reflejarán también en el arte. El mejor recurso para combatir la desigualdad es la educación y, lo que es aún más importante, la representación. Los que tenemos la suerte de poder hacer carrera en el mundo del arte en estos tiempos tenemos la responsabilidad de cambiar el panorama. Los niños – futuros artistas, creadores, inventores y constructores – son los testigos de los caminos que vamos abriendo. Espero poder contribuir con mis obras y mi visibilidad a animar a los niños y a los futuros artistas a convertirse en la mejor versión de sí mismos que puedan llegar a ser».
Leelee Chan fue la novena ganadora del BMW Art Journey en 2020 con su proyecto «Tokens From Time», una exploración de los materiales del pasado, el presente y el futuro. El medio ambiente y la sostenibilidad cultural son temas que estimulan especialmente su creatividad. Durante su viaje, la artista estableció un diálogo con científicos y expertos para entender mejor cómo sustituir de forma sostenible los materiales naturales por materiales artificiales. Un momento decisivo de su Art Journey personal fue el regreso a su tierra natal. «Trece años después de marcharme de Hong Kong se me presentó la oportunidad de volver a explorar mis raíces mientras seguía dedicándome a la escultura. Para mí esto representó un punto de inflexión. Tras la mudanza a Hong Kong, la escultura se convirtió en mi principal forma de expresión». Aunque Chan es hoy en día una de las artistas consagradas de su disciplina, es consciente de que la representación y valoración de las mujeres artistas es una necesidad urgente.
«No cabe ninguna duda de que en el mundo del arte sigue habiendo un enorme desequilibrio entre géneros: durante los diez últimos años se han publicado y debatido multitud de estadísticas que lo confirman. En estos diez últimos años me he dado cuenta de que hay mucho más debate sobre este tema. La gente ha empezado a tomar conciencia de la desigualdad y a abordar cuestiones de representación de género». Sin embargo, a veces puede resultar muy frustrante pensar en lo mucho que aún queda por hacer, sobre todo, respecto al sistema institucional, los prejuicios culturales, los estereotipos de género y la visión sexista del envejecimiento. Pero Chan mira al futuro con optimismo: «Aunque da la impresión de que no se avanza con la suficiente rapidez, yo personalmente puedo considerarme afortunada en comparación con las generaciones de mujeres artistas que me precedieron. También me alegra tener la oportunidad de rodearme de mujeres fuertes que trabajan día a día para superar algunos de los prejuicios históricos y cambiar el mundo del arte desde dentro. Esto me llena de esperanza».
Autor: Markus Löblein; Fotos: Nadirah Zakariya, Leelee Chan, Abigail Reynolds, Tonia Calderon, BMW