Pero en primer lugar, repasemos lo que significa en realidad «aire bueno» y «aire malo». Normalmente, cuando los científicos e investigadores hablan de calidad del aire, se refieren al estado general del aire que nos rodea; o más bien a hasta qué punto el aire está libre de humo, hollín y otras sustancias artificiales, pero también de contaminantes naturales como polen, polvo e incluso partículas microbianas. Por tanto, cuando hablamos de calidad del aire existen varios factores que pueden contribuir a una calidad «buena» o «mala» del aire, y su origen puede ser tanto natural como artificial.
Cuando hablamos de calidad del aire existen varios factores que pueden contribuir a una calidad ‘buena’ o ‘mala’ del aire, y su origen puede ser tanto natural como artificial.
No obstante, todos estos contaminantes tienen algo en común, y es que se encuentran a niveles microscópicos. El aire puede tener diferentes grados de contaminantes de diversa procedencia, pero no podemos verlos. Esto hace que su calidad sea un fenómeno muy engañoso; es posible que no sepamos si el aire que respiramos es bueno o malo, ya que el efecto no se puede ver y tampoco suele notarse de inmediato. De hecho, el daño potencial que una calidad mala de aire puede causar a nuestro bienestar normalmente solo se puede medir después de años de exposición.
Del mismo modo, el «aire» no solo hace referencia al cielo azul que tenemos sobre nuestras cabezas. Tendemos a pensar que el aire es algo que está en el exterior, a nuestro alrededor y por encima de nosotros. Sin embargo, la importancia de una buena calidad del aire es una cuestión apremiante tanto para los espacios interiores como para los exteriores. Sobra decir que esto también se aplica al tiempo que pasas en tu coche.
La importancia de una buena calidad del aire es una cuestión apremiante tanto para los espacios interiores como para los exteriores. Sobra decir que esto también se aplica al tiempo que pasas en tu coche.
Todo esto hace que la mejora de la calidad del aire dentro del habitáculo del coche también sea un asunto acuciante para los ingenieros de BMW. La creciente atención al aire que respiramos mientras conducimos ha llevado a los ingenieros de BMW a acelerar gradualmente su trabajo con respecto a soluciones de filtros que puedan contribuir a un aire más limpio durante el tiempo que pasamos en nuestros coches.
No obstante, las soluciones avanzadas de filtración de aire no son un fenómeno nuevo para los propietarios de un BMW. Ya en 1998 se introdujeron los filtros combinados en los primeros BMW; una combinación de carbono activo y los tradicionales filtros de partículas. Más tarde, a medida que el análisis de la calidad del aire fue en aumento, sobre todo en China y Corea del Sur, en estos mercados se implantaron los filtros de polvo fino como parte del equipamiento de serie; en 2015 en China y en 2020 en Corea del Sur. A partir de entonces, los conductores de BMW de todo el mundo han tenido la posibilidad de actualizar sus vehículos con estos filtros de polvo fino.
«BMW lleva trabajando activamente en sistemas de filtrado de última generación desde principios de los años noventa», afirma el Dr. Christian Rosskopf, experto del BMW Group. «Sin embargo, la evolución que hemos observado en los últimos años, incluido y quizás especialmente lo que vemos en la lucha contra la polución urbana, nos ha llevado a agilizar la introducción de nuestras últimas tecnologías de filtración».
El resultado de este trabajo es una nueva tecnología de filtros de nanofibra cuyo lanzamiento está previsto para el otoño de 2020.
Instalados como filtros de aire tradicionales entre las tomas de aire y los sistemas de climatización del habitáculo, estos filtros de nanofibra están compuestos por una intrincada «red» microscópica de tejido de nanofibra y elementos de carbono activo que filtran y protegen al conductor no solo del monóxido de carbono y los óxidos de nitrógeno, sino también de hasta un 40 % más de partículas nocivas que las tecnologías de filtración actuales. Esto incluye partículas microbacterianas y alérgenos como el polen, así como hollín, partículas de emisión y partículas de polvo ultrafinas; con un tamaño tan pequeño como 100 nm. Para hacernos una idea, un nanometro equivale a la millonésima parte de un milímetro. Un cabello humano, a modo de comparación, suele tener un diámetro de aproximadamente 70.000 nm.
La evolución que hemos observado en los últimos años, incluido y quizás especialmente lo que vemos en la lucha contra la polución urbana, nos ha llevado a agilizar la introducción de nuestras últimas tecnologías de filtración.
Trasladándonos a 2020, la siguiente novedad en cuanto a tecnología de filtros ya está llamando a la puerta. A medida que la polución del aire que nos rodea ha ido creciendo, se ha concedido la máxima prioridad a la introducción de la tecnología de filtros de nanofibra, que los ingenieros de BMW ya llevan años desarrollando.
Los nuevos filtros de nanofibra trabajan conjuntamente con la tecnología de medición de la calidad del aire exterior de BMW, que puede medir la calidad del aire existente en las inmediaciones del vehículo e iniciar automáticamente el modo AirFlush dentro del habitáculo. Esta función limpia la mayor parte del aire dentro del coche en tan solo unos minutos, se activa o desactiva manualmente y se puede configurar para que limpie el habitáculo antes del siguiente viaje utilizando laaplicación BMW ConnectedDrive.
Dicho todo esto, según el Dr. Christian Rosskopf, la atención cada vez mayor a la medición y la comprensión del aire que nos rodea, así como la utilización de estos conocimientos para prevenir los efectos negativos, son aspectos cruciales para nuestro bienestar general, tanto dentro como fuera de nuestros coches.
«El aire que respiramos quizás sea nuestro recurso más valioso. Nuestra misión es garantizar que nuestros vehículos se atengan a los niveles de emisiones aplicables, pero también ofrecer soluciones innovadoras e intuitivas para los conductores. Nuestros nuevos filtros de nanofibra se han desarrollado e introducido antes de lo previsto para este fin; es nuestra forma de decir que entendemos lo importante que es un aire limpio y de buena calidad para los conductores hoy en día, y que tratamos de hacer lo que nos corresponde para mantener su bienestar, tanto dentro como fuera de la carretera».
La entrada de aire tiene lugar en la parte delantera del vehículo, desde donde llega a las unidades de filtrado de aire. Gracias a los componentes ultrafinos de los filtros de nanofibra, lo que incluye el nuevo nanotejido especialmente desarrollado y las capas de carbono activo, se capturan las partículas nocivas microscópicas, que se filtran a continuación. El aire limpio pasa por el habitáculo con ayuda del sistema de control de la climatización del vehículo; así se garantiza una circulación de aire limpio para los conductores y pasajeros antes de que vuelva a salir por los conductos situados a ambos lados de la parte trasera del coche.
Se puede activar un modo especial AirFlush para limpiar la mayor parte del aire del habitáculo en solo unos minutos utilizando el sistema de control de la climatización del vehículo. El modo AirFlush se puede encender automáticamente usando los sensores externos del coche como activadores o manualmente, con la función Live Cockpit correspondiente o la aplicación BMW ConnectedDrive.
Autor: David Barnwell; Ilustraciónes: Cyprian Lothringer