Imagínate una aplicación de móvil que conecta Tinder con Uber. Con «Tuber», como se llamaría esta app, podríamos compartir nuestro viaje y además escoger a los conductores y pasajeros que fuesen de nuestro agrado. Tuber encajaría en el concepto de la movilidad del futuro que no solo implica la movilidad, sino que también une a las personas.
Este concepto surgió en el BMW Group rad°hub 2018 en Róterdam. En este evento unos 100 expertos intercambiaron sus ideas sobre la movilidad del futuro en distintos talleres. Las cuestiones más relevantes eran las siguientes: ¿qué aspecto tendrá la Smart City o ciudad inteligente del mañana? ¿Cómo será la vida cuando todo esté interconectado? La palabra clave es «Connected Life» o «vida conectada». ¿Y cómo podemos conseguir planificar nuestra economía de un modo sostenible? En este sentido, los expertos hablan de «Circular Economy» o «economía circular»
Descubre aquí cinco escenarios de futuro de lo más emocionantes. Además, cinco participantes nos hablan de su visión personal de la movilidad del futuro.
Escenario 1: siete días en la vida de Kim
Permite que te presentemos a Kim, de 35 años de edad. Vive con su hijo en las afueras de París. Su marido era antes conductor de taxi. ¿Por qué ya no? Porque nos encontramos en el año 2030 y en este escenario de Smart City ya no existen los taxis convencionales. Tampoco circulan los coches particulares, ¡no son necesarios en esta ciudad del mañana!
En su lugar, todo el transporte público se desarrolla en torno a vehículos autónomos e inteligentes. Estos medios de transporte ofrecen servicios a medida de todas las necesidades, ya sea como salas de conferencias voladoras, clínicas de tratamiento móviles para fisioterapia o salones de peluquería flotantes. Dado que los servicios acuden a las personas en estos medios de transporte, las personas como Kim tienen que desplazarse menos.
Gracias a tecnologías innovadoras también se reduce la necesidad de movilidad en el ámbito laboral. En el «Virtual Mobility Day», Kim puede realizar su trabajo como asesora de salud autónoma cómodamente desde su casa. A través de a una tecnología de hologramas ultradesarrollada, Kim tiene la posibilidad de reunirse en su salón con sus clientes y colegas de todo el mundo.
El asistente personal de Kim, aquí representado como muñeco de nieve, facilita también una movilidad eficaz al optimizar la agenda y ofrecer en cada momento la opción de movilidad adecuada, siempre teniendo en cuenta sus preferencias.
Escenario 2: el ciclo perfecto
Este escenario gira en torno al modelo de economía circular («Circular Economy»). Se reutilizan y reciclan todo tipo de emisiones a fin de optimizar recursos, reducir residuos y ahorrar energía. En este modelo de Smart City, se utilizan los residuos para generar la energía necesaria y así producir mercancías industriales para la ciudad conectada. Por lo tanto, podemos afirmar que esta ciudad se autoabastece. Digno de mención es que, en este escenario, los encuentros entre personas ocupan un lugar central a pesar de que todo está dirigido por ordenador.
Esta Smart City integra diversos aspectos que hoy encontramos repartidos en los escenarios urbanos y rurales más dispares: vivienda, movilidad, agricultura, producción energética… Todo se desarrolla dentro de este entorno autárquico. Asimismo, el sistema energético también se encuentra descentralizado. De este modo, los peatones y ciclistas contribuyen a generar energía que se puede emplear en coches eléctricos. Unos revestimientos especiales en las vías peatonales y carriles bici transforman la presión ejercida en la superficie en energía eléctrica. Incluso los niños generan energía cinética en las calles: al deslizarse por toboganes
Escenario 3: los rascacielos inteligentes
La familia de esta Smart City vive en un rascacielos ultratecnológico. La conectividad producto de la digitalización sirve sobre todo para ahorrar tiempo que se puede dedicar a amigos, relaciones o en un sinfín de cosas útiles. Y no solo eso, la conectividad también hace la vida más fácil. De este modo, un robot identifica qué miembros de la familia se encuentran en casa y prepara la cena (respetando las preferencias de los niños o la dieta de los abuelos).
En el tejado del rascacielos hay plantado un huerto que se utiliza para producir alimentos («Urban Farming»). El edificio genera por sí solo electricidad que también pueden utilizar los habitantes para disfrutar de la naturaleza en coches eléctricos o en bicicleta durante su tiempo libre.
Por normal general, la necesidad de movilidad se ve reducida en este escenario. Este rascacielos inteligente agrupa un gran número de funciones que hoy se encuentran repartidas en diferentes lugares, como por ejemplo lugares de trabajo que se encuentran conectados con el mundo exterior. Quien quiera desconectarse de la conectividad puede hacerlo en el rascacielos sin problemas: en una sala offline desprovista de conexión de datos.
La conducción autónoma supondrá una revolución de nuestra movilidad
Señor Schwarzenbauer, ¿cómo será la movilidad del futuro dentro de, digamos, diez años?
Peter Schwarzenbauer: Yo tendré seguramente un MINI eléctrico en el garaje. Estoy seguro. Además puede que tenga también un scooter eléctrico. Creo que las motos van a tener un papel más importante en la movilidad urbana el día de mañana, ya que su pequeña huella ecológica las hace infalibles. Pienso también que utilizaré mucho más la movilidad «a la carta». Hoy ya es mi forma preferida para moverme cuando viajo a otras ciudades.
¿Cuál ha sido su vivencia reciente más reveladora en relación con la movilidad del futuro?
Schwarzenbauer: La primera vez que conduje un BMW autónomo. Todos deberían vivir la experiencia de ir sentado en un coche autónomo y delegar la responsabilidad en la máquina. Esto cambia algo en las personas. Cuando esta técnica llegue al mercado va a revolucionar radicalmente la movilidad tal y como la conocemos. Tenemos que prepararnos desde hoy mismo para este cambio y así poder presentarles las ofertas adecuadas a nuestros clientes. Pero no deberíamos centrarnos únicamente en la tecnología de la conducción autónoma, sino que debemos pensar más en el ecosistema global de la movilidad para nuestros clientes.
Con relación a los nuevos conceptos de movilidad, destaca a menudo el aspecto de la responsabilidad. ¿Qué papel desempeñará la conducta responsable en el futuro?
Schwarzenbauer: Dentro de 20 años, el pensamiento y comportamiento responsables van a desempeñar un papel aún mayor en la sociedad. Entonces no bastará con ofrecer un producto o un servicio fantástico. Dos aspectos cobrarán cada vez una mayor importancia para los clientes: 1. ¿Cómo se ha producido un producto y qué impacto tiene en el medio ambiente? 2. ¿Cuál es el valor añadido de la empresa para la sociedad? Únicamente quien ofrezca una respuesta creíble a estas dos preguntas podrá seguir teniendo éxito en el futuro.
Escenario 4: Smart City con buena fe
Este escenario de Smart City es inteligente por los cuatro costados. Todo es fácil de utilizar, multifuncional y descansa sobre los principios de compartir, de aprender y de la conectividad Los coches autónomos son un elemento indispensable en esta ciudad conectada.
A este espacio inteligente se acude, por ejemplo, para cocinar y reunirse con otra gente. O también para trabajar. Para ello, el espacio se adapta automáticamente a las necesidades y preferencias de los usuarios. Pero también se puede visitar esta Smart City de modo exclusivamente virtual. Esta ciudad se autoabastece igualmente en todos los sentidos, al generar su propia energía para, por ejemplo, coches eléctricos y también al cultivar sus propios alimentos. De igual manera se reciclan todos los residuos in situ.
Detrás de este escenario se halla una esencia que guía todas las acciones, una especie de buena fe. No obstante, no se trata de un simpático algoritmo ni de un robot. En realidad, los habitantes de esta Smart City eligen una persona entre ellos para ser anfitrión de este espacio inteligente. Una persona que entienda las necesidades
Escenario 5: Smart Mobility con drones de pasajeros
Nos encontramos en el año 2028 en una gran ciudad europea. Gracias al «Urban Gardening» y el «Urban Farming» los límites entre la ciudad y la naturaleza están menos diferenciados. La ciudad está organizada en núcleos de manera descentralizada. En estos núcleos encontramos todo lo que necesitamos. Por ello, en esta ciudad conectada hay una menor demanda de movilidad. No obstante, la gente acude a este espacio siempre que lo desea.
La infraestructura va mucho más allá de los coches autónomos: se basa en un sistema sofisticado de transporte público con trenes de levitación magnética y transbordadores voladores que son accesibles y asequibles para todos. Por un coste adicional también es posible reservar servicios de movilidad individual como los drones de pasajeros.
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«Un conductor virtual para mi hija»
«Dentro de diez años mi hija mayor tendrá 14 años. Espero que para entonces la transición hacia una economía y una movilidad sostenible se encuentre ya muy avanzada en el sector del transporte y que mi hija conozca principalmente medios de transporte autónomos y sin emisiones. La economía colaborativa dominará probablemente la movilidad urbana. Seguramente podré reservar un conductor virtual para que lleve a mi hija al colegio en un coche eléctricos. Me gustaría poder hablar con ella durante el trayecto a través de una especie de holograma 3D. Asimismo, espero que dentro de diez años la movilidad individual se haya retirado de las calles y que el espacio aéreo abra las puertas a un tráfico individual más rápido y menos sobrecargado, por supuesto sin emisiones».
«De propietarios a usuarios»
«La movilidad del futuro, tal y como me la imagino, se basará en una síntesis de diseño y tecnología. A través del diseño se crearán sistemas, servicios y productos sostenibles orientados a los clientes, fiables y eficientes. La movilidad del futuro implicará que de propietarios pasemos a ser usuarios. El vínculo emocional con los productos se transformará en un sentido del deber de cara al medio ambiente y la comunidad. En una Smart City se crearán soluciones de movilidad que además de cómodas serán responsables desde un punto de vista ético».
«El transporte une a las personas»
«En el futuro, la movilidad ya no girará en torno al transporte individual, sino que también perseguirá una mayor eficiencia de los recursos mediante el uso de materiales y energías sostenibles. Asimismo, la movilidad del futuro reposará sobre la economía colaborativa. De este modo, el transporte podría convertirse en una oportunidad para tener interacciones humanas significativas. Para que las personas puedan vivir en un escenario de este tipo basado en la tecnología y crear vínculos trascendentes, tendremos que desarrollar nuestras capacidades socioafectivas, por ejemplo, a través de los juegos».
«Rápido, seguro y sin emisiones»
«Yo creo que se producirá un cambio revolucionario en la movilidad. A través de la digitalización, automatización, inteligencia artificial y movilidad compartida surgen nuevas posibilidades para hacer uso del tiempo. Independientemente de dónde vaya o el tipo de transporte que utilice, llegaré a mi destino de un modo rápido, seguro y sin emisiones. El tiempo que gane gracias a la Smart Mobility o movilidad inteligente lo podré dedicar a ir a un concierto de rock, a reunirme con mis colegas por videoconferencia o a aprender nuevas cosas durante los trayectos. Mi asistente personal gestionará muchas de estas situaciones, ya sea desde casa, en el coche conectado o en cualquier otra parte. Así podrá ayudarme a concentrarme en las cosas importantes y tener más libertad».
«Cambios radicales»
«Las nuevas tecnologías cambian radicalmente la movilidad. Cambian las costumbres de las personas, así como la dinámica urbana y la estructura. Pero en la Smart City del futuro también se trata sobre el futuro de los ciudadanos. Los cambios en las costumbres y tendencias sociales influirán inevitablemente en el papel de la movilidad del futuro. Las tres tendencias más importantes son el compartir, la movilidad eléctrica y la conducción autónoma. Con ello se abrirá un gran abanico de soluciones híbridas posibles».